POR UNA EDUCACIÓN ESPECIAL LIBERADORA
‘’Si un
hombre no sigue el paso de sus compañeros, quizás esto sea porque él oye un
tambor diferente. Dejémosle que le siga el paso a la música que él oye, no
importa que ésta sea rítimica o disonante’’.
Henry David Thorean
A partir de reflexiones sobre las exigencias actuales de la sociedad a los sistemas educativos, a
la escuela y al profesorado, pretendemos proponer ajustes conceptuales y
prácticos a la fomación profesional del personal docente.
Analicemos
inicialmente algunos problemas de actualidad que acaparan la atención de los
Sistemas Nacionales de Educación y de las Organizaciones Internacionales
especializadas en esta función (UNESCO, UNICEF,
OEI, entre otras).
Los Sistemas
Educativos del mundo trabajan actualmente por un objetivo general básico:
elevar la calidad de la educación. Se ha alcanzado una clara conciencia de esta
necesidad y de cuán importante y decisiva es la educación para el desarrollo de
cada nación, e incluso para el desarrollo de la propia humanidad.
En cada país se ha
elaborado un Programa de Acción, que recoge, a partir de la situación real del
desarrollo alcanzado, las transformaciones que se requieren, las medidas
necesarias, así como los objetivos y metas para lograr una renovación efectiva
del sistema educativo.
El propósito de
elevar la calidad de la educación contiene obligatoriamente el compromiso de
garantizar una educación de calidad para todos, para lo cual se necesita reunir
voluntad política, recursos económicos y la capacidad y preparación para trazar
correctamente las estrategias transformadoras y concretar las acciones
prácticas que exige la situación particular de cada lugar.
? Cuál es el papel de la escuela?
La escuela debe ser
una institución abierta a la diversidad que se responsabilice con garantizar
educación de calidad para todos sus alumnos, a pesar de sus diferencias.
El concepto de escuela abierta a la diversidad no
puede interpretarse simplemente como un centro escolar que garantice un espacio
físico a todos, que matricule a todos, sin segregar a nadie por razones, de
raza, sexo, situación económica de la familia, grupo social, creencias
religiosas o capacidad, sino como la institución con preparación y recursos
psicopedagógicos y didácticos suficientes para garantizar el desarrollo máximo
posible de todos sus educandos a pesar de sus diferencias.
Sin dudas, esta tarea
de garantizar educación de calidad para todos en una escuela integradora
constituye un verdadero reto profesional. Enseñar a los que aprenden con mayor
facilidad, a los que desde pequeños han contado con todas las condiciones que
facilitan su desarrollo, no es una tarea tan difícil para el profesional
especializado en diferentes tipos y niveles de enseñanza, pero, buscar las
vías, métodos, procedimientos y medios que garanticen el máximo desarrollo de
cada educando de acuerdo con sus particularidades, es una labor mucho más
compleja que exige preparación, estudio, reflexión y búsqueda de alternativas
metodológicas para dar la respuesta educativa más adecuada a cada alumno.
Al referirnos a la
diversidad que ineludiblemente siempre encontraremos en todo grupo de alumnos y
al ajuste de la respuesta educativa a cada situación específica, reconocemos
implícitamente que todos los alumnos tienen necesidades educativas que en
muchos casos pueden coincidir, ser similares, y en otros son diferentes,
particulares, individuales.
Los alumnos al
enfrentarse a las exigencias de la escuela, a las complejidades del aprendizaje
y otras, lo hacen en correspondencia con el nivel de desarrollo previamente
alcanzado, con sus intereses, motivaciones, con los conocimientos y habilidades
que ha logrado alcanzar o desarrollar, con sus estilos, con su capacidad
organizativa, es decir, con sus recursos propios. Como resultado de ello, los
alumnos progresan en el aprendizaje con diferentes ritmos, usando diferentes
estrategias y con mayores o menores dificultades.
Por tales razones,
hoy se impone con toda lógica y claridad la necesidad de la evaluación
psicopedagógica de los alumnos (diagnóstico) como paso previo de la
organización de las estrategias educativas desarrolladoras que aplicaremos con
nuestros alumnos.
Por otra parte, y
como complemento de lo anterior, va ganando cada vez más espacio la concepción
de que los alumnos como centro de toda acción pedagógica, no son los que deben
adaptarse a exigencias inflexibles de la escuela, sino, la escuela “abierta de
la diversidad”, como señalábamos, la que debe adaptarse a las particularidades
y necesidades de sus alumnos.
Dicho de otra forma,
no podemos poner a los alumnos en función de métodos, estrategias educativas
preconcebidas o regímenes organizativos inflexibles, inamovibles. El método o
los métodos, las estrategias y toda la organización de la escuela deben estar
en función de los alumnos, de todos, y del desarrollo de éstos. En función de
ellos debemos elegir, buscar o descubrir las mejores estrategias educativas.
No puede haber
“recetas didácticas” únicas para lograr un aprendizaje de calidad y desarrollo
de los alumnos. El estudio, la indagación, la investigación para la búsqueda de
soluciones se impone en el trabajo pedagógico.
César Coll (1) en una
disertación sobre los fundamentos de la nueva concepción curricular puesta en
práctica en su país señalaba:
-
? Qué es aprender? – Aprender es construir
significados que tienen para la persona que aprende un sentido” (2)
-
? Qué es enseñar? – Enseñar es, en primer lugar,
saber cómo aprenden mis alumnos y en segundo lugar, encontrar los recursos
necesarios para que aprendan con mayor eficiencia, con mayor calidad” (3)
(1) Coll, César (psicólogo, Cataluña,
España) Fundamentos del nuevo currículo. Conferencia impartida a participantes
en los cursos del Programa de Cooperación Educativa con Iberoamérica, Madrid, 1
de febrero de 1994.
(2) Concibe el aprendizaje no como
simple repetición de un conocimiento sino como interiorización, dominio,
apropiación de algo que tiene para la persona un sentido. El alumno lo
construye de manera individual, sin negar el papel del colectivo y del
profesor, facilitador, conductor del proceso (Nota del autor).
(3) Se refiere a recursos
metodológicos: vías, métodos, procedimientos, medios, estilos, a sus
necesidades, a sus diferencias, para así poder resolver sus dificultades. (Nota
del autor).
Siguiendo tales
fundamentos en cada escuela y en cada grupo se deben hacer determinados ajustes
al plan curricular para responder adecuadamente a la realidad de los alumnos, a
sus necesidades, a sus diferencias, para así poder resolver sus dificultades.
Para muchos educandos
estos ajustes resultan efectivos, logran una nivelación y continúan el
desarrollo normal de los programas escolares, sus necesidades educativas quedan
resueltas en lo esencial.
No obstante, durante
el curso pueden detectarse dificultades más significativas en el aprendizaje de
algunos alumnos, no logran alcanzar los objetivos y dominar los contenidos
curriculares como los demás, sobre todo en etapas en que esos contenidos van
haciéndose progresivamente más complejos. Estos educandos que presentan mayores
dificultades, que en muchas ocasiones son generales, y no específicas de un
área o asignatura, requieren otros tipos de ayudas, otros recursos, necesitan
ajustes de mayor envergadura.
El estudio más
detallado de estos alumnos y su desarrollo, revela una amplia diversidad de
razones influyentes o determinantes en su situación peculiar ante el
aprendizaje. El término, actualmente empleado, de necesidades educativas
especiales incluye también a estos educandos.
Es necesario conocer
y valorar las dificultades de estos alumnos y los elementos causales que los
determinan para enfatizar en lo que requieren para corregirlos y progresar de
acuerdo con sus posibilidades.
De tal manera, la
expresión alumno con necesidades educativas especiales remite al docente a la
búsqueda de la respuesta educativa que algunos educandos precisan en
determinados momentos o situaciones, no incluyen sólo a alumnos con déficit
sensorial, motor o intelectual. Las necesidades especiales pueden estar
determinadas por dificultades o carencias en el entorno familiar y (o) social,
por una secuencia de desajustes en el aprendizaje en etapas anteriores o por
una combinación de varios factores que influyen negativamente en el desarrollo
del alumno: enfermedades prolongadas y ausencias a la escuela, cambios
frecuentes de escuelas, deficiencias en el proceso de aprendizaje no detectadas
y (o) no tratadas oportunamente, deficiencias en el trabajo docente y educativo
de la escuela, falta de coordinación de influencias educativas (escuela,
familia, comunidad) y muchas otras.
Las necesidades
educativas especiales pueden estar presentes en cualquier tipo de escuela,
nivel o grado y sólo podrán determinarse en un proceso de evaluación psicopedagógica
integral del alumno y del contexto en que se desarrolla.
Después de todas
estas reflexiones creemos que queda explicado por qué se habla de reto o
desafío profesional para la escuela cuando se reflexiona sobre la complejidad
que encierra el propósito de elevar la calidad de la educación, si se concibe
para todos, en una escuela integrada, abierta a la diversidad, responsabilizada
con el aprendizaje y el desarrollo de todos.
¿Cómo entonces preparar al profesorado para enfrentar tales desafíos?
“... en todo proyecto
pedagógico, el alma es el maestro. El es el artífice por excelencia del
desarrollo del trabajo con los alumnos, y de labrar el alma humana, que es lo
más importante de la obra educacional..” (4)
Con estas sencillas y
certeras palabras del profesor Horacio Díaz queda bien fundamentado el papel
determinante del profesorado en la puesta en práctica de cualquier proyecto
educacional, pero, lo hemos preparado suficientemente para enfrentar el desafío
que representan las exigencias actuales que el desarrollo plantea a la
escuela?.
Hemos encontrado,
entre los contenidos curriculares de las carreras de formación del profesorado,
en Cuba y en otros países, en épocas pasadas y en otras más recientes,
disciplinas y el estudio de temas que han tenido la intención de preparar al
maestro para enfrentar situaciones peculiares del aula, dar un tratamiento
diferenciado e individual, orientar a las familias y buscar la mejor solución
para sus alumnos cuando estos han presentado dificultades o desventajas.
De tal manera, en
nuestros antiguos planes de formación de maestros han existido disciplinas como
“Psicología del anormal”, “Los niños distintos”, “Fundamentos de Defectología”,
y los temas: “Elementos generadores de desviaciones en el desarrollo”, “Trastornos
conductales”, “Trastornos de aprendizaje” y en etapas más recientes asignaturas
como “Fundamentos de Pedagogía Especial” y “Pedagogía Especial” que se han
planteado tales objetivos.
No obstante, en
muchos casos estos contenidos curriculares solo cumplían sus propósitos en el
plano teórico y su alcance ha quedado en el enriquecimiento informativo y
cultural de los estudiantes de las carreras pedagógicas, y no los preparaba
realmente para el ejercicio de su profesión.
(4) Díaz Pendás, Horacio: “Ser uno
mismo hablando de creatividad” (resúmenes de un coloquio). Revista Educación
No. 88 mayo-agosto, 1996. Segunda época, pág 2. Editorial Pueblo y Educación,
La Habana, Cuba, 1996.
Por otro lado,
existieron concepciones teóricas y de la práctica pedagógica, no particulares
de un país, sino de carácter universal, que no situaban al maestro ante la
necesidad de prepararse, buscar información e investigar para encontrar
solución a los problemas de los “niños distintos”, de los alumnos con mayores
dificultades para alcanzar los objetivos de los programas escolares.
Me refiero a momentos
en que prevaleció la concepción del grupo-clase como grupo homegéneo o con un
alto nivel de homogeneidad y la práctica de ubicar en escuelas especiales a
muchos alumnos desventajados que no cumplen los objetivos del grado o con
dificultades marcadas en el aprendizaje, lo que algunos autores han denominado
“la práctica de segregar alumnos para homogeneizar grupos”.
Esta práctica
acondiciona a las escuelas a trabajar con alumnos de rendimiento promedio o
alto redimiento e incluso a no aceptar el regreso de algunos que debían
transitar de las escuelas especiales a las generales por considerarse superados
y preparados para ello.
En muchos docentes se
formó la concepción de que los “alumnos con dificultades” eran de la educación
especial, ellos lo que debían hacer era caracterizarlos y remitirlos a los
Centros de Diagnóstico y Orientación.
¿Qué consecuencias
pueden derivarse de la no preparación de los docentes para educar a la
diversidad?
A nuestro juicio tres
consecuencias esenciales:
·
La apresurada valoración de que un grupo (cada vez mayor) de niños debe
ir a las escuelas especiales que es donde podrían encontrar una respuesta
educativa adecuada a sus necesidades (sin considerar que esa “educación
especial” pudiera brindarse en cualquier tipo de escuela).
·
La deserción o desvinculación del sistema educacional de alumnos que
fracasan y no encuentran solución a sus necesidades educativas en la
institución escolar.
·
Pérdida de autoridad y prestigio de la escuela y por consiguiente, de su
colectivo pedagógico.
¿Qué proyecciones nos
hemos planteado a partir de las reflexiones anteriores?
En Cuba, como
resultado del estudio de los problemas actuales de los sistemas educativos, de
nuestra propia realidad y del proceso permanente de validación de los diseños
curriculares, se trabaja tanto en el plano conceptual como en ajustes de
contenido y se promueven experiencias de investigación-acción que ponen en
práctica formas diferentes de tratamiento a las diversas necesidades educativas
en la escuela. En las carreras pedagógicas se precisan algunos conceptos y se
introducen otros en los programas docentes, fundamentalmente en las disciplinas
de formación psicológica y pedagógica y en las didácticas específicas de cada
currículo.
En relación con el
tratamiento al contenido, consideramos ante todo, que el propósito de preparar
al docente para educar a la diversidad no puede ser objeto de atención de una
asignatura o disciplina, sino que requiere de una respuesta curricular integral
y todas las disciplinas y actividades curriculares deben responsabilizarse con
el logro de este importante aspecto de la formación profesional.
Ante tal
responsabilidad, no subestimamos las disciplinas dirigidas a la formación
cultural general vinculadas esencialmente a la consolidación de la plataforma
cultural general de maestro o profesor.
Sólo señalaremos a
manera de ejemplo, la importancia inestimable de las habilidades comunicativas:
la posibilidad que tenga el docente de explicar bien, de diferentes formas si
fuese necesario, de comunicarse con personas con diferentes niveles de
comprensión, de ejemplicar, ilustrar, establecer comparaciones, de narrar de
manera atractiva, clara y sencilla todo ello ¿no constituye una excelente premisa
para el empleo eficiente de cualquier método de enseñanza, aún en el caso de
que esté disminuída la capacidad de comprensión? ¿No es este maestro más
atractivo, motivante y convincente? ¿Y no es modelo para el desarrollo de tan
básico elemento como es el dominio de la lengua materna en sus educandos?
Una contribución
fundamental en la preparación del profesorado para educar a la diversidad la
corresponde a las disciplinas del ciclo pedagógico y psicológico.
Es importante que se
aprovechen todos los momentos y actividades para explicar, mostrar y demostrar
que los grupos clase atendiendo al desarrollo de sus miembros, a su ritmo de
aprendizaje, a su capacidad general, constituyen ineludiblemente una diversidad
y que el papel del docente es educarlos y desarrollarlos a todos para lo que
tiene que emplear diferentes vías, procedimientos, métodos, estilos y medios.
Al estudiarse las
regularidades en el desarrollo de la personalidad, que efectivamente existen y
pueden constatarse en los grupos etáreos, en los grupos de estudio, en todo
grupo humano, enfatizamos también la presencia inevitable de individualidades,
de personas distintas en cualesquiera de las área de desarrollo y se reflexiona
en la importancia práctica de esta realidad para el ejercicio de la profesión
del docente.
¿Qué sucede en una
escuela cuando en ella todos reconocen las diferencias en estilos y están
dispuestos a tratarlas y manejarlas?
Ante todo la
diversidad de la personalidad humana se acepta como norma. Se espera que
dirigentes, maestros, estudiantes y padres sean diferentes. Cuando esperamos
que las personas sean diferentes, entramos en sintonía con las suposiciones de
éstas en relación con asuntos, problemas y preguntas. (1)
La diversidad es
abundante y libre. Si se usa de manera sabia, deliberada y constructiva, ésta
se convierte en un recurso renovable y controlado a disposición de las
escuelas. Debemos aprender a usarla bien”(2)
Nos planteamos por
tanto, como cuestión esencial, preparar en todas las carreras pedagógicas a los
futuros docentes, para realizar la evaluación psicopedagógica o diagnóstico
integral de sus alumnos. En tal sentido, es preciso concebir esta evaluación o
diagnóstico, no como un momento, sino como un proceso continuo, permanente de
estudio de las particularidades positivas o negativas de los alumnos que
educamos, como paso previo a la organización de las estrategias educativas con
el grupo y de manera individual con todos sus miembros.
No proceder de esta
manera, nos llevaría a trabajar sin orientación, probando sin fundamento, qué
métodos, estilos o formas de trabajo nos podrían dar resultado y a fin de
cuentas, ésto puede conducir a un fracaso ya sin remedio, por no haber podido
trabajar de manera preventiva, oportunamente correctiva.
Cuando hablamos de
evaluación psicopedagógica o diagnóstico tenemos en cuenta dos acciones a él
vinculadas: el seguimiento de los resultados (tratamiento a necesidades
educativas) y continuidad del proceso evaluativo.
Otros dos elementos
importantes relacionados con el tema de la evaluación psicopedágógica o
diagnóstico en la preparación del profesorado, son: los métodos a aplicar para
realizar este estudio integral de sus alumnos y la búsqueda de soluciones una
vez que cuente con resultados.
(1) Burke, Pat y Gorger Stephen.
Marching to Differente Drummers. Jaboc Printing Company, SCD, EE.UU, 1988,
pág.22.
(2) Barth, Rolaud. Run School Run.
Cambridge University Press, Cambridge, Mass, EE.UU, 1980. Pág. 16
En cuanto a los métodos a aplicar
debe ampliarse la concepción del docente, no puede dejarse de tratar como uno
de los métodos fundamentales la observación. Nos hemos propuesto enseñar al
futuro docente a observar, a no perder ninguna de las “señales” que emite el
propio alumno, acerca de su situación peculiar ante el aprendizaje, las cualidades
de su personalidad, el desarrollo alcanzado, sus dificultades, desventajas,
necesidades y potencialidades. Hay que aprender a captar toda esa información
que proporciona el propio alumno, interpretarla y emplearla en el hacer que
profesional.
Debemos pertrechar al
profesorado con otros muchos métodos de diagnóstico como son las pruebas
pedagógicas, el estudio de los resultados de la actividad, las entrevistas a
padres, a otros docentes que trabajan con sus alumnos, al propio educando y
otras personas que puedan ofrecer información útil para la labor educativa; el
estudio de documentos del alumno (expedientes, evaluaciones anteriores, etc);
visitas a los hogares para valorar en las condiciones socioeconómicas y
ambientales en que se desarrolla, sociograma y otras técnicas que puedan
contribuir al fin planteado. Mientras más conozca el docente a sus alumnos,
mejor podrá educarlos.
·
Enseñamos a los futuros docentes a estudiar los resultados de las
técnicas de diagnóstico aplicadas, cruzar informaciones obtenidas por
diferentes vías, buscar no solo dificultades, sino también aspectos positivos,
posibilidades, potencialidades de desarrollo que de la misma forma sirven de
puntos de apoyo para la labor pedagógica.
·
Enfatizamos en la necesidad del empleo de una Didáctica funcional,
flexible con un carácter heurístico, vista en el contexto pedagógico integral,
vinculada a la investigación, centrada en el alumno y su desarrollo.
Relacionado con tal
concepción, se propicia la búsqueda de estrategias instructivas que faciliten
mejor el proceso de aprendizaje: juegos, dramatizaciones, observación dirigida,
actividades prácticas, etc, y seleccionar los recursos didácticos más idóneos
(salidas al entorno, elaboración de materiales, medios audiovisuales y
presentación de otros medios que el alumno pueda manipular, entre otros).
En tal sentido la
didáctica se valora como un conjunto de recursos psicopedagógicos que vincula
la instrucción con la educación, lo preventivo, lo correctivo y lo
desarrollador, lo conocido y lo por conocer, lo curricular y lo
extracurricular, el trabajo del maestro con el trabajo independiente del
alumno, el contenido curricular con la vida.
Perseguimos el
objetivo de preparar al maestro para dar solución a situaciones típicas de
aprendizaje y desarrollo en zonas rurales, montañosas, a alumnos con
desventajas de diferentes tipos y dificultades generales o específicas del
aprendizaje.
El docente debe
garantizar además, que la enseñanza sea socializadora (propicie el trabajo en
equipo, la participación y las relaciones grupales) e individualizada (permita
la adaptación a cada alumno a su ritmo y nivel de aprendizaje. Es
imprescindible por tanto, que preparemos al estudiante de las carreras
pedagógicas no sólo con estas concepciones, sino que adquiera recursos
prácticos, diversidad de métodos y estilos de trabajo para enfrentar tales
situaciones.
Consideramos
necesario que a la luz de concepciones actuales y del análisis de problemas
prácticos de los sistemas educativos y de la escuela deben encontrar espacio en
los programas curriculares los siguientes contenidos: los conceptos de calidad
de la clase, la evaluación del aprendizaje, y su evolución, el concepto actual
de calidad de la evaluación del aprendizaje, las teorías del diseño curricular
y otras.
No podemos desatender
la preparación del docente para el trabajo con alumnos aventajados o
talentosos. Ellos también, si aplicamos rigurosamente el concepto, son alumnos
con necesidades educativas especiales y debe encontrarse la respuesta educativa
que necesitan para facilitarles escalar a estadios superiores de desarrollo.
Debemos destacar el
papel que desempeñan las actividades prácticas de los estudiantes de las
carreras pedagógicas en la escuela, donde pueden observar, desde los primeros
momentos de su formación, la existencia de la diversidad que definimos en el
aula universitaria y donde valoran qué se hace en cada escuela o hace cada
docente para dar respuesta a las necesidades educativas de sus alumnos, cómo
atiende a los que presentan dificultades o a los talentosos, desde la clase o
en horarios extraclase, cómo se da seguimiento y continuidad a la evaluación
psicopedagógica, si se tiene éxito o no en las estrategias aplicadas, ¿qué se
hace en caso de que no sea exitoso el trabajo?
La preparación de los
docentes para la investigación de los problemas esenciales del sistema
educativo y especialmente de la escuela proponiendo soluciones novedosas y
creativas es un complemento inapreciable en la preparación del profesorado para
educar a la diversidad.
Las sugerencias que
proponemos constituyen más que ajustes de planes de estudio o programas,
cambios en algunas concepciones o profundización en otras que ya en nuestro
país se vienen aplicando.
Estamos seguros de
que con una mejor preparación de los docentes para enfrentar la complejidad de
los problemas que enfrenta la escuela y las exigencias actuales que se plantea
al sistema educativo contribuiremos a alcanzar el objetivo de elevar la calidad
de la educación para todos.
Bibliografía:
Barth,
Roland. Run School Run. Cambridge University Press, Combridge, Mass, EE.UU.,
1980.
Burke, Pat y Gargen Stephen. Marching to
Different drummers. Jaboc Printing Company, ASCD, EE.UU., 1988.
Coll,
César: Fundamentos del nuevo curriculo. Conferencia impartida a participantes
en los cursos del Programa de Cooperación Educativa con Iberoamérica, Madrid,
1ro. De febrero de 1994.
Illan
Romeu, Nuria, Universidad de Murcia, España: El movimiento de la integración y
el desarrollo de una nueva cultura: la cultura de la integración. Ponencia
Congreso Pedagogía’95, La Habana, Cuba, Febrero de 1995.
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:Actualidad en educación de alumnos con necesidades educativas especiales
(ponencia).
Ministerio
de Educación y Ciencia. Adaptaciones Curriculares. Primaria, Madrid, España
(sin fecha).
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: Los alumnos con necesidades educativas especiales. Secundaria Obligatoria,
Madrid, España (sin fecha).
Revista
Educación No. 88 /mayo-agosto, 1996 Segunda época. Editora Pueblo y Educación,
La Habana, 1996. Resúmenes de un coloquio “Ser uno mismo. Hablando sobre
creatividad”.