miércoles, 4 de mayo de 2016

¿PREPARAMOS A LOS DOCENTES PARA EDUCAR LA DIVERSIDAD? RAMÓN LÓPEZ MACHÍN

POR UNA EDUCACIÓN ESPECIAL LIBERADORA


‘’Si un hombre no sigue el paso de sus compañeros, quizás esto sea porque él oye un tambor diferente. Dejémosle que le siga el paso a la música que él oye, no importa que ésta sea rítimica o disonante’’.

Henry David Thorean


A partir de reflexiones sobre las exigencias actuales  de la sociedad a los sistemas educativos, a la escuela y al profesorado, pretendemos proponer ajustes conceptuales y prácticos a la fomación profesional del personal docente.
Analicemos inicialmente algunos problemas de actualidad que acaparan la atención de los Sistemas Nacionales de Educación y de las Organizaciones Internacionales especializadas en esta función (UNESCO, UNICEF,  OEI, entre otras).
Los Sistemas Educativos del mundo trabajan actualmente por un objetivo general básico: elevar la calidad de la educación. Se ha alcanzado una clara conciencia de esta necesidad y de cuán importante y decisiva es la educación para el desarrollo de cada nación, e incluso para el desarrollo de la propia humanidad.
En cada país se ha elaborado un Programa de Acción, que recoge, a partir de la situación real del desarrollo alcanzado, las transformaciones que se requieren, las medidas necesarias, así como los objetivos y metas para lograr una renovación efectiva del sistema educativo.
El propósito de elevar la calidad de la educación contiene obligatoriamente el compromiso de garantizar una educación de calidad para todos, para lo cual se necesita reunir voluntad política, recursos económicos y la capacidad y preparación para trazar correctamente las estrategias transformadoras y concretar las acciones prácticas que exige la situación particular de cada lugar.

? Cuál es el papel de la escuela?

La escuela debe ser una institución abierta a la diversidad que se responsabilice con garantizar educación de calidad para todos sus alumnos, a pesar de sus diferencias.
El concepto de escuela abierta a la diversidad no puede interpretarse simplemente como un centro escolar que garantice un espacio físico a todos, que matricule a todos, sin segregar a nadie por razones, de raza, sexo, situación económica de la familia, grupo social, creencias religiosas o capacidad, sino como la institución con preparación y recursos psicopedagógicos y didácticos suficientes para garantizar el desarrollo máximo posible de todos sus educandos a pesar de sus diferencias.
Sin dudas, esta tarea de garantizar educación de calidad para todos en una escuela integradora constituye un verdadero reto profesional. Enseñar a los que aprenden con mayor facilidad, a los que desde pequeños han contado con todas las condiciones que facilitan su desarrollo, no es una tarea tan difícil para el profesional especializado en diferentes tipos y niveles de enseñanza, pero, buscar las vías, métodos, procedimientos y medios que garanticen el máximo desarrollo de cada educando de acuerdo con sus particularidades, es una labor mucho más compleja que exige preparación, estudio, reflexión y búsqueda de alternativas metodológicas para dar la respuesta educativa más adecuada a cada alumno.
Al referirnos a la diversidad que ineludiblemente siempre encontraremos en todo grupo de alumnos y al ajuste de la respuesta educativa a cada situación específica, reconocemos implícitamente que todos los alumnos tienen necesidades educativas que en muchos casos pueden coincidir, ser similares, y en otros son diferentes, particulares, individuales.
Los alumnos al enfrentarse a las exigencias de la escuela, a las complejidades del aprendizaje y otras, lo hacen en correspondencia con el nivel de desarrollo previamente alcanzado, con sus intereses, motivaciones, con los conocimientos y habilidades que ha logrado alcanzar o desarrollar, con sus estilos, con su capacidad organizativa, es decir, con sus recursos propios. Como resultado de ello, los alumnos progresan en el aprendizaje con diferentes ritmos, usando diferentes estrategias y con mayores o menores dificultades.
Por tales razones, hoy se impone con toda lógica y claridad la necesidad de la evaluación psicopedagógica de los alumnos (diagnóstico) como paso previo de la organización de las estrategias educativas desarrolladoras que aplicaremos con nuestros alumnos.
Por otra parte, y como complemento de lo anterior, va ganando cada vez más espacio la concepción de que los alumnos como centro de toda acción pedagógica, no son los que deben adaptarse a exigencias inflexibles de la escuela, sino, la escuela “abierta de la diversidad”, como señalábamos, la que debe adaptarse a las particularidades y necesidades de sus alumnos.
Dicho de otra forma, no podemos poner a los alumnos en función de métodos, estrategias educativas preconcebidas o regímenes organizativos inflexibles, inamovibles. El método o los métodos, las estrategias y toda la organización de la escuela deben estar en función de los alumnos, de todos, y del desarrollo de éstos. En función de ellos debemos elegir, buscar o descubrir las mejores estrategias educativas.
No puede haber “recetas didácticas” únicas para lograr un aprendizaje de calidad y desarrollo de los alumnos. El estudio, la indagación, la investigación para la búsqueda de soluciones se impone en el trabajo pedagógico.
César Coll (1) en una disertación sobre los fundamentos de la nueva concepción curricular puesta en práctica en su país señalaba:
-      ? Qué es aprender? – Aprender es construir significados que tienen para la persona que aprende un sentido” (2)
-      ? Qué es enseñar? – Enseñar es, en primer lugar, saber cómo aprenden mis alumnos y en segundo lugar, encontrar los recursos necesarios para que aprendan con mayor eficiencia, con mayor calidad” (3)

(1)  Coll, César (psicólogo, Cataluña, España) Fundamentos del nuevo currículo. Conferencia impartida a participantes en los cursos del Programa de Cooperación Educativa con Iberoamérica, Madrid, 1 de febrero de 1994.

(2)  Concibe el aprendizaje no como simple repetición de un conocimiento sino como interiorización, dominio, apropiación de algo que tiene para la persona un sentido. El alumno lo construye de manera individual, sin negar el papel del colectivo y del profesor, facilitador, conductor del proceso (Nota del autor).

(3)  Se refiere a recursos metodológicos: vías, métodos, procedimientos, medios, estilos, a sus necesidades, a sus diferencias, para así poder resolver sus dificultades. (Nota del autor).

Siguiendo tales fundamentos en cada escuela y en cada grupo se deben hacer determinados ajustes al plan curricular para responder adecuadamente a la realidad de los alumnos, a sus necesidades, a sus diferencias, para así poder resolver sus dificultades.
Para muchos educandos estos ajustes resultan efectivos, logran una nivelación y continúan el desarrollo normal de los programas escolares, sus necesidades educativas quedan resueltas en lo esencial.
No obstante, durante el curso pueden detectarse dificultades más significativas en el aprendizaje de algunos alumnos, no logran alcanzar los objetivos y dominar los contenidos curriculares como los demás, sobre todo en etapas en que esos contenidos van haciéndose progresivamente más complejos. Estos educandos que presentan mayores dificultades, que en muchas ocasiones son generales, y no específicas de un área o asignatura, requieren otros tipos de ayudas, otros recursos, necesitan ajustes de mayor envergadura.
El estudio más detallado de estos alumnos y su desarrollo, revela una amplia diversidad de razones influyentes o determinantes en su situación peculiar ante el aprendizaje. El término, actualmente empleado, de necesidades educativas especiales incluye también a estos educandos.
Es necesario conocer y valorar las dificultades de estos alumnos y los elementos causales que los determinan para enfatizar en lo que requieren para corregirlos y progresar de acuerdo con sus posibilidades.
De tal manera, la expresión alumno con necesidades educativas especiales remite al docente a la búsqueda de la respuesta educativa que algunos educandos precisan en determinados momentos o situaciones, no incluyen sólo a alumnos con déficit sensorial, motor o intelectual. Las necesidades especiales pueden estar determinadas por dificultades o carencias en el entorno familiar y (o) social, por una secuencia de desajustes en el aprendizaje en etapas anteriores o por una combinación de varios factores que influyen negativamente en el desarrollo del alumno: enfermedades prolongadas y ausencias a la escuela, cambios frecuentes de escuelas, deficiencias en el proceso de aprendizaje no detectadas y (o) no tratadas oportunamente, deficiencias en el trabajo docente y educativo de la escuela, falta de coordinación de influencias educativas (escuela, familia, comunidad) y muchas otras.
Las necesidades educativas especiales pueden estar presentes en cualquier tipo de escuela, nivel o grado y sólo podrán determinarse en un proceso de evaluación psicopedagógica integral del alumno y del contexto en que se desarrolla.
Después de todas estas reflexiones creemos que queda explicado por qué se habla de reto o desafío profesional para la escuela cuando se reflexiona sobre la complejidad que encierra el propósito de elevar la calidad de la educación, si se concibe para todos, en una escuela integrada, abierta a la diversidad, responsabilizada con el aprendizaje y el desarrollo de todos.

¿Cómo entonces preparar al profesorado para enfrentar tales desafíos?

“... en todo proyecto pedagógico, el alma es el maestro. El es el artífice por excelencia del desarrollo del trabajo con los alumnos, y de labrar el alma humana, que es lo más importante de la obra educacional..” (4)
Con estas sencillas y certeras palabras del profesor Horacio Díaz queda bien fundamentado el papel determinante del profesorado en la puesta en práctica de cualquier proyecto educacional, pero, lo hemos preparado suficientemente para enfrentar el desafío que representan las exigencias actuales que el desarrollo plantea a la escuela?.
Hemos encontrado, entre los contenidos curriculares de las carreras de formación del profesorado, en Cuba y en otros países, en épocas pasadas y en otras más recientes, disciplinas y el estudio de temas que han tenido la intención de preparar al maestro para enfrentar situaciones peculiares del aula, dar un tratamiento diferenciado e individual, orientar a las familias y buscar la mejor solución para sus alumnos cuando estos han presentado dificultades o desventajas.
De tal manera, en nuestros antiguos planes de formación de maestros han existido disciplinas como “Psicología del anormal”, “Los niños distintos”, “Fundamentos de Defectología”, y los temas: “Elementos generadores de desviaciones en el desarrollo”, “Trastornos conductales”, “Trastornos de aprendizaje” y en etapas más recientes asignaturas como “Fundamentos de Pedagogía Especial” y “Pedagogía Especial” que se han planteado tales objetivos.
No obstante, en muchos casos estos contenidos curriculares solo cumplían sus propósitos en el plano teórico y su alcance ha quedado en el enriquecimiento informativo y cultural de los estudiantes de las carreras pedagógicas, y no los preparaba realmente para el ejercicio de su profesión.

(4)  Díaz Pendás, Horacio: “Ser uno mismo hablando de creatividad” (resúmenes de un coloquio). Revista Educación No. 88 mayo-agosto, 1996. Segunda época, pág 2. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, Cuba, 1996.

Por otro lado, existieron concepciones teóricas y de la práctica pedagógica, no particulares de un país, sino de carácter universal, que no situaban al maestro ante la necesidad de prepararse, buscar información e investigar para encontrar solución a los problemas de los “niños distintos”, de los alumnos con mayores dificultades para alcanzar los objetivos de los programas escolares.
Me refiero a momentos en que prevaleció la concepción del grupo-clase como grupo homegéneo o con un alto nivel de homogeneidad y la práctica de ubicar en escuelas especiales a muchos alumnos desventajados que no cumplen los objetivos del grado o con dificultades marcadas en el aprendizaje, lo que algunos autores han denominado “la práctica de segregar alumnos para homogeneizar grupos”.
Esta práctica acondiciona a las escuelas a trabajar con alumnos de rendimiento promedio o alto redimiento e incluso a no aceptar el regreso de algunos que debían transitar de las escuelas especiales a las generales por considerarse superados y preparados para ello.
En muchos docentes se formó la concepción de que los “alumnos con dificultades” eran de la educación especial, ellos lo que debían hacer era caracterizarlos y remitirlos a los Centros de Diagnóstico y Orientación.
¿Qué consecuencias pueden derivarse de la no preparación de los docentes para educar a la diversidad?
A nuestro juicio tres consecuencias esenciales:
·     La apresurada valoración de que un grupo (cada vez mayor) de niños debe ir a las escuelas especiales que es donde podrían encontrar una respuesta educativa adecuada a sus necesidades (sin considerar que esa “educación especial” pudiera brindarse en cualquier tipo de escuela).
·     La deserción o desvinculación del sistema educacional de alumnos que fracasan y no encuentran solución a sus necesidades educativas en la institución escolar.
·     Pérdida de autoridad y prestigio de la escuela y por consiguiente, de su colectivo pedagógico.
¿Qué proyecciones nos hemos planteado a partir de las reflexiones anteriores?
En Cuba, como resultado del estudio de los problemas actuales de los sistemas educativos, de nuestra propia realidad y del proceso permanente de validación de los diseños curriculares, se trabaja tanto en el plano conceptual como en ajustes de contenido y se promueven experiencias de investigación-acción que ponen en práctica formas diferentes de tratamiento a las diversas necesidades educativas en la escuela. En las carreras pedagógicas se precisan algunos conceptos y se introducen otros en los programas docentes, fundamentalmente en las disciplinas de formación psicológica y pedagógica y en las didácticas específicas de cada currículo.
En relación con el tratamiento al contenido, consideramos ante todo, que el propósito de preparar al docente para educar a la diversidad no puede ser objeto de atención de una asignatura o disciplina, sino que requiere de una respuesta curricular integral y todas las disciplinas y actividades curriculares deben responsabilizarse con el logro de este importante aspecto de la formación profesional.
Ante tal responsabilidad, no subestimamos las disciplinas dirigidas a la formación cultural general vinculadas esencialmente a la consolidación de la plataforma cultural general de maestro o profesor.
Sólo señalaremos a manera de ejemplo, la importancia inestimable de las habilidades comunicativas: la posibilidad que tenga el docente de explicar bien, de diferentes formas si fuese necesario, de comunicarse con personas con diferentes niveles de comprensión, de ejemplicar, ilustrar, establecer comparaciones, de narrar de manera atractiva, clara y sencilla todo ello ¿no constituye una excelente premisa para el empleo eficiente de cualquier método de enseñanza, aún en el caso de que esté disminuída la capacidad de comprensión? ¿No es este maestro más atractivo, motivante y convincente? ¿Y no es modelo para el desarrollo de tan básico elemento como es el dominio de la lengua materna en sus educandos?
Una contribución fundamental en la preparación del profesorado para educar a la diversidad la corresponde a las disciplinas del ciclo pedagógico y psicológico.
Es importante que se aprovechen todos los momentos y actividades para explicar, mostrar y demostrar que los grupos clase atendiendo al desarrollo de sus miembros, a su ritmo de aprendizaje, a su capacidad general, constituyen ineludiblemente una diversidad y que el papel del docente es educarlos y desarrollarlos a todos para lo que tiene que emplear diferentes vías, procedimientos, métodos, estilos y medios.
Al estudiarse las regularidades en el desarrollo de la personalidad, que efectivamente existen y pueden constatarse en los grupos etáreos, en los grupos de estudio, en todo grupo humano, enfatizamos también la presencia inevitable de individualidades, de personas distintas en cualesquiera de las área de desarrollo y se reflexiona en la importancia práctica de esta realidad para el ejercicio de la profesión del docente.
¿Qué sucede en una escuela cuando en ella todos reconocen las diferencias en estilos y están dispuestos a tratarlas y manejarlas?
Ante todo la diversidad de la personalidad humana se acepta como norma. Se espera que dirigentes, maestros, estudiantes y padres sean diferentes. Cuando esperamos que las personas sean diferentes, entramos en sintonía con las suposiciones de éstas en relación con asuntos, problemas y preguntas. (1)
La diversidad es abundante y libre. Si se usa de manera sabia, deliberada y constructiva, ésta se convierte en un recurso renovable y controlado a disposición de las escuelas. Debemos aprender a usarla bien”(2)
Nos planteamos por tanto, como cuestión esencial, preparar en todas las carreras pedagógicas a los futuros docentes, para realizar la evaluación psicopedagógica o diagnóstico integral de sus alumnos. En tal sentido, es preciso concebir esta evaluación o diagnóstico, no como un momento, sino como un proceso continuo, permanente de estudio de las particularidades positivas o negativas de los alumnos que educamos, como paso previo a la organización de las estrategias educativas con el grupo y de manera individual con todos sus miembros.
No proceder de esta manera, nos llevaría a trabajar sin orientación, probando sin fundamento, qué métodos, estilos o formas de trabajo nos podrían dar resultado y a fin de cuentas, ésto puede conducir a un fracaso ya sin remedio, por no haber podido trabajar de manera preventiva, oportunamente correctiva.
Cuando hablamos de evaluación psicopedagógica o diagnóstico tenemos en cuenta dos acciones a él vinculadas: el seguimiento de los resultados (tratamiento a necesidades educativas) y continuidad del proceso evaluativo.
Otros dos elementos importantes relacionados con el tema de la evaluación psicopedágógica o diagnóstico en la preparación del profesorado, son: los métodos a aplicar para realizar este estudio integral de sus alumnos y la búsqueda de soluciones una vez que cuente con resultados.

(1)  Burke, Pat y Gorger Stephen. Marching to Differente Drummers. Jaboc Printing Company, SCD, EE.UU, 1988, pág.22.
(2)  Barth, Rolaud. Run School Run. Cambridge University Press, Cambridge, Mass, EE.UU, 1980. Pág. 16

En cuanto a los métodos a aplicar debe ampliarse la concepción del docente, no puede dejarse de tratar como uno de los métodos fundamentales la observación. Nos hemos propuesto enseñar al futuro docente a observar, a no perder ninguna de las “señales” que emite el propio alumno, acerca de su situación peculiar ante el aprendizaje, las cualidades de su personalidad, el desarrollo alcanzado, sus dificultades, desventajas, necesidades y potencialidades. Hay que aprender a captar toda esa información que proporciona el propio alumno, interpretarla y emplearla en el hacer que profesional.
Debemos pertrechar al profesorado con otros muchos métodos de diagnóstico como son las pruebas pedagógicas, el estudio de los resultados de la actividad, las entrevistas a padres, a otros docentes que trabajan con sus alumnos, al propio educando y otras personas que puedan ofrecer información útil para la labor educativa; el estudio de documentos del alumno (expedientes, evaluaciones anteriores, etc); visitas a los hogares para valorar en las condiciones socioeconómicas y ambientales en que se desarrolla, sociograma y otras técnicas que puedan contribuir al fin planteado. Mientras más conozca el docente a sus alumnos, mejor podrá educarlos.
·     Enseñamos a los futuros docentes a estudiar los resultados de las técnicas de diagnóstico aplicadas, cruzar informaciones obtenidas por diferentes vías, buscar no solo dificultades, sino también aspectos positivos, posibilidades, potencialidades de desarrollo que de la misma forma sirven de puntos de apoyo para la labor pedagógica.
·     Enfatizamos en la necesidad del empleo de una Didáctica funcional, flexible con un carácter heurístico, vista en el contexto pedagógico integral, vinculada a la investigación, centrada en el alumno y su desarrollo.
Relacionado con tal concepción, se propicia la búsqueda de estrategias instructivas que faciliten mejor el proceso de aprendizaje: juegos, dramatizaciones, observación dirigida, actividades prácticas, etc, y seleccionar los recursos didácticos más idóneos (salidas al entorno, elaboración de materiales, medios audiovisuales y presentación de otros medios que el alumno pueda manipular, entre otros).
En tal sentido la didáctica se valora como un conjunto de recursos psicopedagógicos que vincula la instrucción con la educación, lo preventivo, lo correctivo y lo desarrollador, lo conocido y lo por conocer, lo curricular y lo extracurricular, el trabajo del maestro con el trabajo independiente del alumno, el contenido curricular con la vida.
Perseguimos el objetivo de preparar al maestro para dar solución a situaciones típicas de aprendizaje y desarrollo en zonas rurales, montañosas, a alumnos con desventajas de diferentes tipos y dificultades generales o específicas del aprendizaje.
El docente debe garantizar además, que la enseñanza sea socializadora (propicie el trabajo en equipo, la participación y las relaciones grupales) e individualizada (permita la adaptación a cada alumno a su ritmo y nivel de aprendizaje. Es imprescindible por tanto, que preparemos al estudiante de las carreras pedagógicas no sólo con estas concepciones, sino que adquiera recursos prácticos, diversidad de métodos y estilos de trabajo para enfrentar tales situaciones.
Consideramos necesario que a la luz de concepciones actuales y del análisis de problemas prácticos de los sistemas educativos y de la escuela deben encontrar espacio en los programas curriculares los siguientes contenidos: los conceptos de calidad de la clase, la evaluación del aprendizaje, y su evolución, el concepto actual de calidad de la evaluación del aprendizaje, las teorías del diseño curricular y otras.
No podemos desatender la preparación del docente para el trabajo con alumnos aventajados o talentosos. Ellos también, si aplicamos rigurosamente el concepto, son alumnos con necesidades educativas especiales y debe encontrarse la respuesta educativa que necesitan para facilitarles escalar a estadios superiores de desarrollo.
Debemos destacar el papel que desempeñan las actividades prácticas de los estudiantes de las carreras pedagógicas en la escuela, donde pueden observar, desde los primeros momentos de su formación, la existencia de la diversidad que definimos en el aula universitaria y donde valoran qué se hace en cada escuela o hace cada docente para dar respuesta a las necesidades educativas de sus alumnos, cómo atiende a los que presentan dificultades o a los talentosos, desde la clase o en horarios extraclase, cómo se da seguimiento y continuidad a la evaluación psicopedagógica, si se tiene éxito o no en las estrategias aplicadas, ¿qué se hace en caso de que no sea exitoso el trabajo?
La preparación de los docentes para la investigación de los problemas esenciales del sistema educativo y especialmente de la escuela proponiendo soluciones novedosas y creativas es un complemento inapreciable en la preparación del profesorado para educar a la diversidad.
Las sugerencias que proponemos constituyen más que ajustes de planes de estudio o programas, cambios en algunas concepciones o profundización en otras que ya en nuestro país se vienen aplicando.
Estamos seguros de que con una mejor preparación de los docentes para enfrentar la complejidad de los problemas que enfrenta la escuela y las exigencias actuales que se plantea al sistema educativo contribuiremos a alcanzar el objetivo de elevar la calidad de la educación para todos.
Bibliografía:

Barth, Roland. Run School Run. Cambridge University Press, Combridge, Mass, EE.UU., 1980.
Burke, Pat y Gargen Stephen. Marching to Different drummers. Jaboc Printing Company, ASCD, EE.UU., 1988.
Coll, César: Fundamentos del nuevo curriculo. Conferencia impartida a participantes en los cursos del Programa de Cooperación Educativa con Iberoamérica, Madrid, 1ro. De febrero de 1994.
Illan Romeu, Nuria, Universidad de Murcia, España: El movimiento de la integración y el desarrollo de una nueva cultura: la cultura de la integración. Ponencia Congreso Pedagogía’95, La Habana, Cuba, Febrero de 1995.
________________ :Actualidad en educación de alumnos con necesidades educativas especiales (ponencia).
Ministerio de Educación y Ciencia. Adaptaciones Curriculares. Primaria, Madrid, España (sin fecha).
________________ : Los alumnos con necesidades educativas especiales. Secundaria Obligatoria, Madrid, España (sin fecha).
Revista Educación No. 88 /mayo-agosto, 1996 Segunda época. Editora Pueblo y Educación, La Habana, 1996. Resúmenes de un coloquio “Ser uno mismo. Hablando sobre creatividad”.

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