viernes, 12 de abril de 2013

LA INTEGRACIÓN ESCOLAR


 RAMÓN LÓPEZ MACHÍN

                                                              MINED-CUBA


Interpretamos la integración escolar, valorando sus propósitos humanistas, como una forma abierta, socializadora por excelencia, normalizadora, ideal de concebir la educación y desarrollo de los niños.
Se persigue ante todo garantizar equidad, igualdad de oportunidades a todos, educación en las condiciones más normales y desarrolladoras posibles a pesar de las diferencias del desarrollo peculiar de cada persona.
La integración escolar está íntimamente vinculada a otros términos y conceptos empleados actualmente en las ciencias de la educación y en la bibliografía especializada, cómo son:  “educación inclusiva, escuela inclusiva”, “educación de la diversidad”, “escuela abierta a la diversidad”.
En tal sentido, percibimos la integración escolar en dos dimensiones:
Por una parte, la inclusión de todos, la búsqueda de una educación de calidad para todos sin exclusiones por razones de nacionalidad, raza, sexo, grupo social, religión o capacidad.
Es decir, nos referimos a la escuela abierta a la diversidad por que lleva implícita la idea de complejidad y reto profesional, pues se trata de educar a grupos de alumnos que tienen poco de homogéneo y mucho de diferente.
Para la escuela la diferencia más significativa se relaciona con la preparación desigual de cada alumno para acceder a nuevos aprendizajes y a nuevos estadios de desarrollo, cuando  debe responsabilizarse con promover y garantizar ese desarrollo.
De tal situación se desprenden variados problemas a investigar para las ciencias de la educación, pues la cuestión se plantea no en términos de integración física o de una simple inclusión, no es solo que el alumno pueda entrar en la institución, sino que ésta garantice su permanencia en ella y que culmine con éxito, es decir, resuelva al menos, sus necesidades básicas de aprendizaje y alcance el máximo desarrollo posible de sus capacidades.
El problema no es que cada niño pueda acceder a la escuela, sino que pueda acceder al desarrollo a pesar de sus diferencias.
La otra dimensión de la integración escolar, quizás de mayor complejidad que la primera y que ha generado no pocas controversias profesionales y hasta una fuerte reacción de resistencia prácticamente en todos los sistemas educativos, es la integración de alumnos con necesidades educativas especiales a la escuela general o común.
Se trata de integrar a niños que presentan limitaciones o desventajas físicas, motrices, sensoriales, psíquicas o mentales que requieren del empleo de estrategias educativas especiales y muchos de ellos incluso una atención multidisciplinaria (médica, psicológica, logopédica, pedagógica).
Entre los alumnos con necesidades educativas especiales se suele incluir también a niños que sin presentar limitaciones orgánicas, congénitas o no, han acumulado toda una historia de desventajas sociales, abandono, pobre motivación por el aprendizaje y la escuela, deprivaciones socio-culturales por lo que presentan significativas dificultades para aprender y también necesitan ayudas especiales, lo que no significa solo más ayudas (no es solo un problema cuantitativo), sino mejor organizada y especialmente dirigida a la solución de sus dificultades básicas, dicho de otra forma, requieren de educación especial.
Muchos autores llaman la atención sobre otro tipo de niños que comúnmente también pueden encontrar dificultades en la escuela, si no se está preparado para enfrentar sus necesidades: los niños aventajados o talentosos que deben incluirse en este concepto de necesidades educativas especiales ya que necesitan de igual forma de estrategias pedagógicas no comunes, de búsqueda de procedimientos didácticos diferentes.
De tal manera, la educación especial que tradicionalmente se concibió como un sistema aislado, apartado de la escuela común, separado y muy diferente, hoy se extiende, se incluye, se integra a la escuela general, no solo porque se encuentran allí muchos niños que antes iban a las escuelas especiales, sino también porque hoy es universalmente reconocido que cualquier niño puede en un momento determinado, por disímiles causas y en cualquier contexto educativo presentar dificultades en el aprendizaje y requerir de ayudas especiales.
Se reconoce además, que si la escuela y el colectivo pedagógico están preparados y tienen a su disposición los recursos didácticos que necesitan, todos los alumnos pueden aprender y desarrollarse.
Por supuesto, todas estas posiciones no le restan complejidad al reto que se plantea a la escuela integrada, además debe admitirse que una cosa es la teoría, las posiciones generales, los principios y fundamentos de la integración escolar y la otra bien distinta, la preparación real y concreta que pueda tener cada escuela, cada colectivo pedagógico en cada localidad, región o país para enfrentar el reto y las nuevas exigencias. Esta es una de las causas de las controversias en torno al problema y las reacciones de resistencia que se manifiestan, conscientes o no, en los docentes.
Otro elemento de discusión son las actitudes extremas asumidas por los sistemas educativos al respecto: o muy conservadores o apresuradamente renovadores.
Algunos han asumido la cautela, el estudio como reacción ante la integración de alumnos con necesidades educativas especiales.
En tal sentido, la crítica que plantean con énfasis muchos docentes y otros especialistas al sistema educativo se fundamenta no tanto, en la imcomprensión o en una actitud contraria a la integración escolar, como en el hecho de que se asume la política integracionista mediante una decisión administrativa sin haber preparado todas las condiciones para que ese sentido humanista de la integración escolar se traduzca en un beneficio real para todos los alumnos de la escuela, es decir, no situar al niño como centro de cualquier decisión en el contexto educativo.
Los que asumen la integración escolar mediante una decisión administrativa y de manera apresurada, generalmente son criticados por seguir un modelo integracionista importado, general, que copian acríticamente sin tener suficiente tiempo de adecuarlo a sus propias condiciones o preparar dichas condiciones para poder aceptar el reto.
Somos partidarios del paso de la cultura de la segregación a la cultura de la integración pero esto debe constituir un proceso que nos permita preparar al sistema educativo para asumir el nuevo proyecto. Al referirnos al “sistema educativo” incluimos no sólo a los docentes y especialistas de la educación, sino también a la familia, a la comunidad y a los propios niños, pues para lograr integración escolar es necesario antes lograr aceptación comprensión, integración social.
Por otra parte, consideramos que no todos los alumnos con necesidades educativas especiales podrían integrarse a la escuela común, sin dejar de comprender que mientras más preparado esté el sistema educativo, mucho más niños encontrarán solución a sus problemas en la escuela general y menos cada vez necesitarán de escuelas especiales.
Nos referimos a los casos más complejos de alumnos con deficiencias intelectuales severas o profundas u otros con limitaciones muy marcadas, para los cuales el medio más desarrollador no lo encontrarían en la escuela general, sino en instituciones más especializadas, con mejores posibilidades de atender sus necesidades específicas.
¿Qué condiciones esenciales se encontrarían para la integración escolar de alumnos con necesidades educativas especiales.?
Según nuestro criterio la condición primera y más importante sería la preparación del profesorado para asumir responsablemente el desafío que se le plantea a la escuela: todo proyecto educativo, cualquier innovación en materia educativa tiene que pasar por este requisito como precondición de éxito.
-      Otro elemento importante sería la preparación de la familia, de la comunidad y de la propia escuela integrada, lo que podría garantizar un clima, de socialización, normalización y desarrollo para todos.
-      La limitación de la masividad en los salones de clase es para nosotros otra condición importante pues facilitaría un tratamiento deferenciado y personalizado a los alumnos, una atención más sistemática al desarrollo y dificultades que pueda ir presentando cada uno de ellos y además propiciaría la aplicación de variados recursos didácticos propios de una enseñanza desarrolladora donde la participación activa del alumno y las interrelaciones educador-educando tiene vital importancia.
-      La asunción del estudio diagnóstico previo y como proceso continuo de todos los alumnos y de sus condiciones de desarrollo, como procedimiento científico y como principio pedagógico, tiene que ser el fundamento de las estrategias educativas grupales, diferenciadas y personalizadas que se aplican.
-      La flexibilidad de aplicación de programas y normativas escolares y su adaptación del grupo o individuales de los alumnos se impone como requisito indispensable para la escuela integrada.
El centro debe ser el alumno y su desarrollo, esa es la razón de ser de la escuela por lo que tanto la organización, regímenes escolares, métodos procedimientos, condiciones y hasta objetivos son susceptibles de ser modificados en función del desarrollo de los alumnos.
La escuela no podría continuar con normas rígidas a las que los alumnos tendrían que adaptarse, lo que generaría determinadas formas de segregación a grupos de alumnos.
La escuela debe estar atenta y regirse por las demandas y necesidades de sus alumnos.
En relación con lo anterior pueden plantearse dos condiciones más, necesarias para la integración de alumnos con necesidades educativas especiales: Las adaptaciones de acceso  al currículo y las adaptaciones curriculares.
Las primeras (adaptaciones de acceso al currículo) tienen gran importancia educativa y desarrolladora por su repercusión psicológica en la personalidad de estos alumnos.
Es extraordinariamente importante que el propio alumno con limitaciones físicas, motoras, sensoriales y de otro tipo pueda acceder por sus propias fuerzas a su salón de clase, a las lecciones, a los contenidos, y autovalerse de la forma más normalizadora posible.
Por tal razón se eliminan barreras arquitectónicas, se instalan barandas en las paredes, se acondicionan servicios sanitarios con aditamentos especiales y se aplican muchas otras tecnologías para aprovechar al máximo las posiblidades sensoriales de un niño ciego o sordo, por ejemplo.
-      Las adaptaciones curriculares persiguen hacer corresponder las exigencias curriculares con el ritmo de aprendizaje, con el desarrollo actual y potencialidades concretas y específicas de un grupo de alumnos o de alguno de ellos.
Esto también facilita acceder a nuevos estadios de desarrollo, disminuir el ritmo, incluir contenidos-base o realizar determinadas exclusiones no básicas para permitir interiorizar otros aprendizajes básicos.
Pueden haber variadas modalidades de adaptación curricular, incluso hasta llegar a diseños curriculares personalizados.
Por supuesto pueden citarse muchas otras condiciones organizativas ambientales o metodológicas que facilitarían el éxito de la integración escolar, solo señalaremos algo más que consideramos importante: la ayuda, el asesoramiento, la tutoría que precisan las escuelas que se inician en el trabajo de integración de alumnos con necesidades educativas especiales.
Este trabajo lo realizan psicólogos, pedagogos especializados, logopedas u otros especialistas con la experiencia suficiente para auxiliar a la escuela en el estudio diagnóstico de sus alumnos y en diseño y evaluación de las estrategias educativas y desarrolladoras a seguir.

¿Es buena o no la integración escolar?

Como habíamos señalado es un tema controvertido, aunque ha ido ganando partidarios, también se hace célebre por sus detractores.
Hay autores y especialistas que simplemente plantean “es buena si se hace bien” y por supuesto originan entonces una nueva discusión.
Un problema a estudiar entre muchos otros se plantea en la siguiente interrogante: ¿cómo conciliar las indiscutibles bondades socializadoras de la integración escolar de alumnos con necesidades educativas especiales con las inprescindibles necesidades básicas de aprendizaje para una futura integración socio laboral y preparación para la vida adulta e independiente?
¿Integración escolar sin asegurar una futura integración social?.
Es incuestionable que por sus peculiaridades del desarrollo, los alumnos con necesidades educativas especiales presentan limitaciones o desventajas para acceder a niveles escolares subsiguientes o que puedan determinar un desfasaje significativo con el resto del grupo. Esto puede ocurrir aún cuando se aseguren las mejores condiciones educativas ¿fue la escuela general el medio más desarrollador?.
Señalaremos finalmente una última reflexión: la idea de la integración escolar de alumnos con necesidades educativas especiales no es tan contemporánea y actual como en ocasiones se puede pensar, aunque justo es reconocer que en los últimos veinte (20) años se ha convertido en una fuerte tendencia en la concepción de la Educación Especial e incluso en política oficial de muchos sistemas educativos.
La integración escolar de alumnos con necesidades educativas especiales como opción educativa fue considerada e incluso defendida por algunos profesionales con especialidades afines a las Ciencias de la Educación desde las primeras décadas del siglo XX.
El psicólogo ruso Lev Semionovich Vigotsky (1896-1934), cuya obra ha alcanzado una notoria difusión en la actualidad, defendió reiteradamente en numerosos artículos científicos y ponencias, la idea de las enormes potencialidades de desarrollo de los “niños con defectos”, identificaba las leyes del desarrollo psíquico de niños “normales y de niños con defectos”, proclamaba la máxima socialización posible de estos alumnos como vía para alcanzar el desarrollo y planteó directamente la idea de que los alumnos ciegos, sordos, u otros que asisten a las escuelas especiales están aptos para todas las facetas de la conducta humana y pueden educarse en las condiciones de la escuela general.
L. S. Vigotsky criticó duramente a las escuelas especiales de su época por su paternalismo, sobreprotección, el énfasis en lo asistencial, en la cura del defecto y señaló que “a pesar de sus méritos, la escuela especial se distinguía por encerrar al educando (al ciego, sordomudo y retrasado mental) en el estrecho círculo del colectivo escolar, crea un mundo pequeño, separado, aislado en el que todo está adaptado y acomodado al defecto del niño, todo fija su atención en la deficiencia corporal y no los incorpora a la verdadera vida”(1).
Según nuestro criterio el problema actual sería definir en cada caso individual concreto cuál sería el medio educativo más desarrollador y normalizador posible, situando como factor primario y determinante al propio niño y su formacion integral ¿la escuela general o especial?.
Siempre que se pueda dar una respuesta real y eficaz a las necesidades educativas del niño en la escuela general, esa sería la decisión más acertada y desarrolladora.
La escuela especial no debe desaparecer, tiene y tendrá una importante función y ella misma puede ser cada vez más socializadora, más integradora y desarrolladora.

(1)                L.S. Vigotsky. Obras completas. Tomo V. Editorial “Pueblo y Educación”. La Habana, 1995 (Primera reimpresión), página 41.

Bibliografía

-      López Machín, Ramón: ¿Qué es la integración escolar?. Ponencia II Congresso de Educación Especial, junio 1997, La Habana, Cuba.
-      ____________________: ¿Preparamos a los docentes para preparar a la diversidad?. Ponencia Congreso Pedagogía ’97, febrero 1997, La Habana, Cuba.
-      ____________________: Actualidad en Educación de alumnos con necesidades educativas especiales. Ponencia. Educación de alumnos con necesidades educativas especiales. Fundamento y actualidad. (En proceso de edición).
-      Vigotsky, L.S. Tomo V. Obras Completas. Editorial “Pueblo y Educación”, La Habana, Cuba, 1995 (Primera reimpresión).

No hay comentarios:

Publicar un comentario