Autores: MSc. Arturo Gayle Morejón
Investigador del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas
MSc. Carmen Lidia Cobas Ochoa
Asesora Técnico-Docente
Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Especial
El Informe de Warnock (1978), la Declaración de Salamanca y su marco de acción (España 1994) , han provocado un importante movimiento en el mundo en torno a la teoría curricular.
Expertos, profesores y maestros de las más disímiles orientaciones reflexionan en torno a la interrogante
¿Cómo conciliar la enseñanza; el aprendizaje, el currículo y la organización escolar?
La respuesta puede ser precisa, exacta y concreta o ser material para un voluminoso libro. En este capítulo mi intención es plantear algunas ideas que tal vez resulten de interés para el debate profesional y la práctica escolar.
Sobre la definición de currículo escolar
Al revisar la literatura especializada podemos encontrar un número importante de definiciones sobre currículo, de ellas, vamos a tomar algunas, para analizarlas:
“En el pasado el currículo era un programa de enseñanza, una lista de materia, que había que estudiar, bajo la orientación de cada maestro. Era esencialmente un conjunto de conocimientos que tenían que memorizarse. El ambiente escolar poco importaba a los organizadores del currículo”. UNESCO.
En estas ideas no se plantea la existencia de un currículo oculto, mediante el cual también se aprende, tanto a nivel funcional (conocimientos y habilidades) como contextual (experiencia). Se hace énfasis en el carácter formal de la enseñanza.
“El currículo determina los objetivos que persigue la educación escolar, ya que en el se hacen explícitas las intenciones del sistema educativo. Propone un plan de acción adecuada para la consecución de estas metas.
Funciones:
Establece qué, cómo y cuándo enseñar.
Establece qué, cómo y cuándo evaluar.
Alvaro Marchesi
Elena Martín
Reforma de la Enseñanza
y Reforma del Currículo
España (1989)
En esta conceptualización se evidencia el papel rector de los objetivos en el diseño curricular y los aspectos a tener en cuenta para la implementación curricular , los ajustes y/o adaptaciones, en función de los propósitos planteados.
Cesar Coll, considerado por muchos, una autoridad en este campo, lo define como: “el proyecto que preside las actividades educativas escolares, precisa sus intenciones y proporciona información concreta sobre qué enseñar, cuándo enseñar, cómo enseñar; y qué, cómo y cuándo evaluar”. (Coll 1987)
Esta definición tiene puntos de contacto con la anterior, se destaca la idea del currículo como una guía para la acción, en función de los objetivos planteados y la responsabilidad de los docentes en la ejecución del mismo.
En esta búsqueda encontramos definiciones estrechas y precisas como la anterior y otras amplias y generales como la que plantea el Departamento de Educación de Londres en (1980).
Esta institución define el currículo, en su sentido amplio, como todas las oportunidades de aprender proporcionadas por la escuela. Incluye el programa formal de las clases lectivas, las llamadas actividades “extracurriculares” y “extraescolares” debidamente fomentadas o apoyadas por la escuela, y el clima de relaciones, actividades, modos de conducta y calidad general de vida establecida en el conjunto de la comunidad escolar.
A mi juicio esta definición es valiosa desde el punto de vista didáctico, pués permite diferenciar los tres momentos básicos del currículo escolar:
Currículo enseñado (horas lectivas-clases).
Currículo planificado (actividades extraescolares y extradocentes).
Currículo oculto (conjunto de relaciones de la comunidad escolar)
Tener conciencia de estos tres momentos es muy importante para organizar e implementar el sistema de trabajo docente educativo de cualquier institución escolar, pues ellos, deben asegurar el cumplimiento de los objetivos curriculares, ya sea a nivel funcional y/o contextual.
Además esta dimensión curricular exige aprovechar todas las posibilidades para el cumplimiento de los propósitos institucionales, no sólo movilizando los recursos de la institución (docentes, alumnos, organizaciones, trabajadores, etc.) sino comprometiendo a los factores comunitarios y a la familia con la eficiencia del currículo escolar.
Las definiciones sobre este término se han realizado desde diferentes posturas y escuelas, no obstante, existe coincidencia en algunos aspectos, entre los que a mi juicio, es importante subrayar:
El papel rector de los objetivos.
El protagonismo de la escuela y los docentes en la implementación curricular.
Las adaptaciones curriculares y de acceso al currículo, como respuesta a las necesidades educativas especiales, individuales y sociales.
Al análisis de éstos dedicaremos las próximas líneas.
Sobre el papel rector de los objetivos en el currículo escolar
Los objetivos constituyen el punto de partida y la premisa pedagógica más general de todo el proceso de enseñanza. En ellos se concretan las exigencias de cada régimen social a la educación.
De lo anterior se infiere que los objetivos desempeñan diferentes funciones:
Rectora:(determinan el contenido, los métodos y las formas de organización de la enseñanza).
Orientadora (guían la acción de los docentes y los alumnos en el proceso de enseñanza).
Valorativa: (constituyen criterios esenciales en el análisis de la eficacia de la enseñanza mediante la evaluación del proceso y sus resultados.
Perspectiva: (permite proyectar el trabajo de los docentes hacia el futuro al expresar las transformaciones que deben lograrse en los alumnos.
El proceso docente educativo es el contexto en el que se expresa la relación objetivo, contenido, métodos y formas de organización de la enseñanza, como materialización del planteamiento inicial.
Por ello resulta necesario plantear algunos componentes del sistema de objetivos, ellos son:
Los conocimientos
Las habilidades
Los hábitos
Las capacidades
Las convicciones
Los sentimientos
Las actitudes
Las particularidades del carácter.
y el sistema de motivos e intereses, etc.
Ellos se conforman en la interacción del individuo con su contexto escolar (aula, centro), familiar, comunitario y social.
Por todo lo anterior, para diseñar la respuesta pedagógica para todos los escolares en general y cada uno en particular, es preciso poseer una información básica, sobre todos y cada uno. Esa es la función esencial de la caracterización psicopedagógica.
La caracterización psicopedagógica como premisa para la implementación de las adaptaciones curriculares.
El diseño de una respuesta pedagógica requiere el cumplimiento de un algoritmo necesario:
Caracterización (identificar necesidades y potencialidades).
Diseño de la respuesta pedagógica determinarlas (ayudas, apoyos, recursos, modalidades de atención, e incluye las adaptaciones de acceso y curriculares).
Implementación de la respuesta pedagógica.
Evaluación y control de la respuesta pedagógica (de no lograrse la satisfacción de las necesidades, iniciar el algoritmo).
Desde nuestra perspectiva, el Algoritmo de Atención Integral , asumido por la Educación especial en Cuba desde hace varios cursos, es el camino que debemos transitar y esquemáticamente lo podemos representar de la manera siguiente:
Evaluación Diseño y ejecución Evaluación y Control
y/o caracterización de la Estrategia de la Estrategia de
de intervención Intervención
Estructura Trabajo Correctivo
del defecto Compensatorio
En este caso haremos el análisis con énfasis en la caracterización psicopedagógica.
Un enfoque psicopedagógico y curricular requiere al menos recopilar una información básica, mediante entrevistas, encuestas, observaciones, pruebas pedagógicas y análisis del proceso y producto de la actividad.
La implementación científica del Algoritmo de Atención Integral exige la elaboración de instrumentos para asegurar la objetividad y homogeneidad en el tipo de información que se obtiene (consultar “Hacia el Perfeccionamiento de la Escuela Primaria”, (2da. Parte). ICCP y “La Orientación en la Actividad Pedagógica”, Basilia Collazo Delgado y María Puentes Albá), así como, la realización de la labor social inicial.
En la experiencia cubana, en los meses de septiembre y octubre debe realizarse la caracterización de todos los escolares tomando en consideración los aspectos siguientes:
Datos generales del menor.
Lo biológico (enfermedades, trastornos, alteraciones, deficiencias, discapacidades que inciden en el desarrollo, el aprendizaje y la adaptación escolar y social).
Competencia curricular (estado de los conocimientos, habilidades, hábitos y capacidades en las diferentes asignaturas, con énfasis en las priorizadas, identificando lo que hace solo y con ayuda, precisando el tipo de ayuda en cada área o campo de la asignatura. Señalar en los casos necesarios los
Necesidades
Potencialidades
objetivos curriculares que debía dominar y no domina y/o el rendimiento por encima de las exigencias del currículo).
Estilo de aprendizaje (cómo aprende, orientación en la tarea, capacidad para el aprendizaje, actitud ante el éxito y el fracaso, cómo solicita, utiliza, transfiere y ofrece la ayuda, nivel de autonomía, creatividad, iniciativa, vías que utiliza, alternativas que emplea, características de la orientación, ejecución y control, rasgos de la atención y de la capacidad de trabajo, motivos, intereses, inclinaciones, ritmo de aprendizaje, preferencia ante los diferentes agrupamientos, actitud ante el reforzamiento y los resultados de las evaluaciones, uso de estrategias para el aprendizaje, autovaloración, nivel de socialización, etc.
Contexto escolar (aula e institución, organización escolar, estado constructivo, iluminación, ventilación, ornamentación, estilo de enseñanza de los docentes, relaciones interpersonales entre los alumnos, docentes y directivos, etc. Identificar todos los aspectos que influyan positiva o negativamente en el desarrollo y aprendizaje del escolar).
Contexto socio-familiar (tipología familiar, comportamiento social, político y moral, funciones biológica-social y educativa).
Contexto comunitario (características físicas, demográficas, antecedentes históricos, desarrollo económico, cultural, recreativo y deportivo, así como los aspectos políticos y sociales más relevantes del consejo popular).
Necesidades educativas especiales, pueden ser temporales o permanentes, simples o complejas, originadas por el contexto social y cultural, asociadas a su historia educativa y escolar -inadecuados métodos de enseñanza y educación-, condiciones personales de sobredotación intelectual y de discapacidad psíquica, motora o sensorial. Su identificación y tratamiento tiene carácter contextual, y pueden estar relacionadas con uno o varios de los aspectos abordados u otras esferas y factores comprometidos con el desarrollo de la personalidad de los escolares.
La satisfacción de las N.E.E requiere de la utilización de recursos especiales, distintos y extraordinarios. Recursos, ayudas y apoyos que no se emplean de la misma manera para el trabajo con todos los alumnos en general.
Las N.E.E pueden estar relacionadas o asociadas a deficiencias, discapacidad y minusvalía, enfermedades, trastornos, comportamiento significativo de la competencia curricular, las relaciones interpersonales, el estilo de aprendizaje y la incidencia del contexto escolar familiar o comunitaria; y manifestarse en la esfera de la orientación, la movilidad, la comunicación, la motricidad, el aprendizaje, los procesos psíquicos en general, las relaciones interpersonales, trastornos específicos de la lectura, la escritura y el cálculo, etc.
El enfoque psicopedagógico del Algoritmo de Atención Integral no niega la necesidad del dominio de la estructura del defecto de las diferentes desviaciones en el desarrollo, pues en la práctica, la identificación de las necesidades educativas especiales, depende de los conocimientos que posean docentes, especialistas y directivos, sobre la Psicopatología, la Patopsicología, la Psicofisiología, la Neurología, la Neurofisiología, la Anatomía, Fisiología y Patología Humana, entre otras disciplinas relacionadas con esta problemática.
Identificación de las potencialidades (este aspecto queda expresado a lo largo de la caracterización, si se cumple el enfoque positivo, se describe el
nivel de competencia curricular, se precisan los intereses, motivos, inclinaciones , aptitudes, rasgos positivos de la personalidad, la familia y los diferentes contextos entre otros aspectos relevantes.
La identificación de necesidades y potencialidades, está relacionada con las ideas básicas de L. S. Vigostky, en su concepción Socio-Histórico-Cultural, del desarrollo. Vigostky en su tiempo abordó la necesidad de determinar los rasgos nucleares y la estructura del defecto en cada desviación del desarrollo, así como elaboró su teoría sobre la compensación, -enfatizando en lo valioso que resulta captar en cada caso, que es lo conservado o menos dañado. Planteó, además, el principio genético (historia del desarrollo del individuo para entender su dinámica, variaciones y relación causa-efecto) y el determinismo social a partir de la unidad y relación dialéctica entre lo biológico y lo social.
Diseño de la estrategia de intervención
La estrategia de intervención está formada por un sistema de acciones dirigidas hacia un objetivo (potenciar, modificar, cambiar, reorganizar el desarrollo). Dichas acciones tienen un carácter extraordinario (ayuda extra de tipo educativa, psicológica, médica o de otro tipo), pues responde a los principios de: individualización y personalización de la respuesta pedagógica, desde la perspectiva de las necesidades y potencialidades.
Su contenido está formado por los recursos, apoyos y ayudas que demanda cada individuo para alcanzar su máximo desarrollo.
Los recursos pueden ser:
Personales (docentes y especialistas). Materiales (equipamiento didáctico, medios técnicos y elementos que faciliten la deambulación) Organizativos (cambios en la organización escolar, horario docentes, régimen del día, diferentes agrupamientos, nuevas ofertas educativas). Curriculares (adaptaciones de acceso y curriculares propiamente dichas).
Las adaptaciones curriculares
Un currículo abierto ofrece la posibilidad de adaptaciones de distinto grado para ajustar e individualizar el proceso de enseñanza y aprendizaje a las diferentes capacidades, ritmos, intereses y necesidades del alumnado al que va dirigido.
Cualquier alumno puede requerir, en un momento determinado, de ajustes o adaptaciones curriculares para acceder a los aprendizajes considerados básicos por la Administración educativa y/o para compensar sus dificultades.
La respuesta a las necesidades educativas del alumnado no hay que buscarla fuera del currículo ordinario, sino que habrá que ajustar éste para compensar las dificultades de aprendizaje de cada alumno e incluir las adecuaciones educativas precisas en el marco menos restrictivo posible.
En el caso de que un alumno presente necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad o a altas capacidades que no puedan ser cubiertas por el currículo ordinario, habrá que ofrecerle una respuesta específica y adecuada a su necesidad, que pasará a constituir su currículo o programación individual, cuyo objetivo será el dar respuesta a sus necesidades educativas. No se trata de hacer un programa paralelo, sino de realizar adaptaciones individuales a partir de la programación del grupo de referencia y del currículo que le corresponde por su edad.
Las necesidades educativas especiales tienen un carácter interactivo, son relativas y cambiantes, dependen tanto de las dificultades del alumno como de las condiciones del contexto en el que se desarrollo su proceso de enseñanza y aprendizaje.
Compensar las dificultades de aprendizaje de los alumnos con necesidades educativas especiales implica efectuar ajustes o modificaciones en la propuesta curricular ordinaria. Estos ajustes son denominados adaptaciones curriculares. El objetivo ha de ser atender a las necesidades específicas e individuales de los alumnos, a sus capacidades, intereses y motivaciones a través de las medidas de adaptación y diversificación curricular, que debe estar vinculado al proceso general de concreción y desarrollo del currículo a través de los progresivos niveles de adecuación curricular, lo que permite resolver determinados problemas de aprendizaje, que muchas veces son resultado de deficiencias de enseñanza, y contemplar determinadas necesidades educativas especiales en los planteamientos curriculares ordinarios.
En este sentido, se podrían definir las adaptaciones curriculares como una estrategia de planificación y actuación docente que incorpora modificaciones en los elementos del currículo para que el alumnado con necesidades educativas alcance los objetivos del currículo que le corresponde por su edad y/o que el mismo se adecue a la atención de sus capacidades, intereses y motivaciones.
Las adaptaciones curriculares tienen una doble vertiente; afectan a los elementos curriculares básicos (objetivos, contenidos, actividades de enseñanza y aprendizaje y evaluación) y a los elementos de acceso que facilitan su puesta en práctica (elementos personales, materiales y organizativos). No pueden tener sólo un carácter individual, sino que deben abarcar ámbitos más amplios: centro, aula e individual.
Las características y condiciones fundamentales del proceso de adaptación curricular son:
Partir del currículo ordinario.
Partir de la valoración amplia de los alumnos y del contexto.
Tender a efectuar adaptaciones lo menos significativas que sea posible.
Adaptar con un criterio de realidad y de éxito.
Revisar su adecuación a las necesidades del alumno.
Ofrecer una respuesta educativa que propicie el desarrollo de todos es una tarea compleja, a este proceso le antecede el conocimiento profundo del niño y su entorno por parte del docente y ello implica poseer conocimientos,
habilidades pedagógicas, integrar diferentes áreas que permitan abordajes más integrales y enriquecedores.
La organización y puesta en práctica del proceso de enseñanza aprendizaje exige tomar decisiones, donde el papel del maestro resulta determinante. Las decisiones curriculares adecuadas a la realidad de los alumnos, dependen en buena medida, de la habilidad que tenga el maestro para reconocer las características y necesidades de sus alumnos.
En este sentido, tales decisiones deberá hacerlas teniendo como referencia en primer término, el currículo oficial, es decir, los objetivos fundamentales y contenidos mínimos a los que debe acceder cualquier niño en las distintas etapas educativas, así como también, las particularidades del contexto escolar el proyecto educativo de la escuela la realidad socioeducativa de su grupo y por supuesto las características individuales de los alumnos que lo integran.
Este análisis adquiere sentido en la medida que se traduzca en una propuesta, en la cual las decisiones acerca del contenido a enseñar, las vías que se utilizan, el tiempo de que se dispone y el momento en que se realiza; tengan en cuenta las características del grupo.
Dentro del proceso de planificación educativa esto constituiría un primer nivel de adecuación curricular .el que por lo general forma parte de la práctica habitual del docente como lo son también las decisiones metodológicas que cotidianamente los profesores toman para responder a las diferencias individuales de los niños, como por ejemplo: enseñar un contenido a través de una estrategia distinta, plantear actividades complementarias, ofrecer materiales diversos, adecuar la exigencia en función de las posibilidades del alumno, dar más tiempo para la ejecución de una tarea, ilustrar un contenido con ejemplos de la propia vivencia del alumno para facilitar su comprensión, reforzar los logros de manera más consistente o brindarle a determinados alumnos más atención individual.
Ciertamente todo grupo de alumnos se caracteriza por ser heterogéneo. Los niños difieren los unos de los otros en términos de sus capacidades
personales, su ritmo y estilo de aprendizaje, sus intereses y motivaciones, sus rasgos de personalidad y su historia socio familiar.
De ahí que, el mayor desafío que enfrentan los maestros y profesores en su práctica cotidiana tiene que ver con descubrir los modos de enseñanza y la forma en que aprenden sus alumnos de manera que apliquen estrategias que aseguren el éxito del aprendizaje de todos. Cuando a esta realidad se suma un niño con necesidades educativas especiales (NEE), es decir que presenta dificultades mayores que el resto de .sus compañeros para acceder al currículo, el docente está frente al hecho de que el rango de heterogeneidad del grupo puede verse aumentado, lo que conlleva a que se vea la necesidad de realizar modificaciones o adaptaciones más significativas que permitan a los niños acceder al currículo.
En este sentido, las adaptaciones curriculares se entienden como una estrategia de individualización de la enseñanza por cuanto son modificaciones que se realizan en el currículo para atender las diferencias individuales de los alumnos.
Elementos del currículo que pueden ser adaptados
En términos generales, es posible adaptar los distintos elementos del currículo, es decir, los objetivos y contenidos del aprendizaje, las metodologías y actividades pedagógicas, los materiales educativos, la organización de los espacios y el tiempo. Lo importante es no perder de vista que las adaptaciones curriculares son medidas de flexibilización del currículo escolar, orientadas a posibilitar que todos los alumnos se desarrollen. En el caso de los alumnos con necesidades educativas especiales, es necesario tener presente que las medidas que se implementen distancien lo menos posible al niño de los objetivos curriculares y de su grupo de pares.
Desde esta perspectiva, las adaptaciones curriculares constituyen un continuo que va desde adaptaciones menos significativas a las más significativas dependiendo del grado de dificultades que presenta el alumno.
Las adaptaciones no significativas se refieren a aquellas modificaciones que no implican un alejamiento substancial de la programación curricular
prevista para el grupo. Son las acciones habituales que lleva a cabo el profesor para dar respuesta a las necesidades individuales de sus alumnos.
Las adaptaciones significativas se refieren a modificaciones substanciales en uno o más elementos del currículo (objetivos, contenidos, metodologías, evaluación). Son por tanto medidas de carácter extraordinario.
Implementación de las adaptaciones curriculares.
Lo primero que hay que destacar es que las adaptaciones curriculares son por esencia decisiones individualizadas que dentro del proceso de planificación educativa representan un segundo nivel de adecuación del currículo.
Dentro del proceso de las adaptaciones curriculares propiamente tal, se pueden distinguir tres etapas diferenciadas:
1.- Formulación de las adaptaciones curriculares:
Para su elaboración el maestro debe tener como referentes por un lado, la situación del alumno, es decir, tener un conocimiento cabal de cuáles son las potencialidades y necesidades del alumno en las distintas áreas curriculares y por otro la programación curricular de su grupo de referencia.
Sobre la base de estas dos fuentes de información y teniendo en cuenta además, los recursos disponibles, el profesor podrá decidir el tipo y grado de adaptaciones o modificaciones que sería conveniente poner en marcha para ayudar al niño a progresar en su aprendizaje.
Desde la óptica desarrolladora, hay que intentar, en la medida de lo posible, dar prioridad a adaptaciones en la evaluación (instrumentos y procedimientos) y en las metodologías, antes que en los objetivos y contenidos del aprendizaje, ya que las modificaciones de éstos últimos, sobre todo cuando se traducen en eliminación de determinados objetivos, son decisiones que de por sí, limitan las oportunidades de aprendizaje.
La concepción y formulación de las adaptaciones curriculares deben tener una visión de equipo, un enfoque transdisciplinar, pues la integración de áreas del conocimiento o saberes va a propiciar mayores oportunidades de
enriquecimiento para el niño que en última instancia es el centro de todo el sistema de influencias educativas.
2.- Implementación de las Adaptaciones Curriculares:
Una vez definidas las adaptaciones curriculares el maestro deberá buscar las estrategias que le permitan ponerlas en práctica sin que ello implique desatender al resto de sus alumnos, sino que por el contrario, conduzcan a enriquecer la propia práctica pedagógica y las experiencias de aprendizaje de todo el grupo. En este sentido, el que el maestro recurra a diversas fuentes de apoyo como una forma de complementar su labor, como por ejemplo; implicar a los padres en el proceso educativo, solicitar la ayuda de sus propios alumnos, incluso la colaboración de alumnos de cursos superiores y por supuesto, desarrollar un trabajo colaborativo con otros profesionales, puede ser de mucha ayuda y utilidad.
3.- Seguimiento y evaluación de las adaptaciones curriculares
Durante el proceso de enseñanza aprendizaje habrá que verificar si las adaptaciones establecidas para el alumno están siendo eficaces, o sea, si facilitan el aprendizaje del niño de lo contrario será necesario revisarlas con miras a introducir los cambios pertinentes. Cuando las adaptaciones impliquen modificaciones a nivel de los contenidos y objetivos de aprendizaje, habrá que evaluar el nivel de logro alcanzado por el alumno en función de dichas adaptaciones y no en relación a los contenidos establecidos para el grupo de referencia.
Adaptaciones Curriculares que se pueden realizar
Adaptaciones de los objetivos de aprendizaje:
Estos pueden ser adaptados de diversas formas en función de las necesidades
especificas) del niño, por: ejemplo se puede:
Priorizar determinados objetivos, seleccionar aquellos que se consideran fundamentales o claves para la adquisición de aprendizajes posteriores.
Introducir objetivos o contenidos que no estén previstos en el currículo de referencia.
Puede ocurrir que un niño con necesidades educativas especiales precise de algunos objetivos complementarios o alternativos a los planteados en el currículum.
Eliminar determinados objetivos o contenidos. Puede suceder que algunos alumnos con NEE no puedan desarrollar todos los objetivos y contenidos del currículo y que haya que optar por eliminar los menos significativos o de segundo orden. A su vez el hecho de incluir otros o dar prioridad a algunos, puede conducir también a renunciar a determinados objetivos, lo importante es no suprimir aquellos que se consideran básicos.
Cambiar la temporalización de los objetivos, algunos niños pueden requerir que se les conceda más tiempo para alcanzar determinado objetivo, sin que implique renunciar a él. Ello puede significar trasladar el objetivo al siguiente semestre, año o ciclo escolar.
También es posible introducir cambios en los propios objetivos, por ejemplo se puede:
Ampliar o elevar el nivel de exigencia del objetivo. Puede darse que determinados niños demuestren tener mayores habilidades en ciertas áreas curriculares, lo que posibilite aumentar el grado de complejidad o dificultad del objetivo o contenido, potenciando así, las capacidades del alumno.
Simplificar los objetivos. En determinadas ocasiones se puede disminuir el grado de dificultad del objetivo o concretarlo más para facilitar su consecución.
Desglosar los objetivos en metas más pequeñas o intermedias que vayan acercando progresivamente al niño hacia el objetivo terminal.
La adaptación de objetivos se da en estrecha relación con la adecuación de contenidos, es decir con lo que se enseña en la escuela y que puede estar referido a conceptos, hechos, procedimientos y actitudes.
Adaptaciones Metodológicas:
En este aspecto es fundamental analizar los factores y estrategias de la enseñanza que favorecen o dificultan el aprendizaje de los alumnos. Como señalamos anteriormente, los niños se caracterizan por ser distintos entre sí y por tanto, es importante estar atento a sus modos de aprender teniendo en cuenta su ritmo y estilo de aprendizaje, sus intereses y vías preferentes de acceso a la información, ello permitirá programar actividades que contemplen
la entrega de información por distintos canales sensoriales (visual, auditivo, kinestésico, táctil).
Por otra parte es importante señalar, que los niños con necesidades educativas especiales aprenden bajo los mismos principios y métodos pedagógicos que han demostrado ser efectivos para el resto de los niños, en este sentido es importante considerar:
. El uso de técnicas que estimulen la experiencia directa, la reflexión y la expresión tales como: salidas programadas a la comunidad, trabajos de investigaciones, experimentos, exposiciones, demostraciones. En todos ellos los niños con necesidades educativas especiales pueden participar si se les orienta para que saquen provecho de la experiencia.
. Estrategias que favorezcan la ayuda y cooperación entre los niños, por ejemplo; trabajos grupales, tutorías entre pares, cadenas de tareas, elaboraciones colectivas a partir del trabajo individual, participación en proyectos de trabajo.
. Utilizar estrategias para centrar y mantener la atención del grupo, por ejemplo: reforzar los contenidos más importantes repitiéndolos, enfatizando "esto es importante", apoyándolos con material visual, complementando con anécdotas, intercalando juegos asociados.
Proponer actividades que permitan distintos grados de exigencia y diferentes posibilidades de ejecución y expresión, por ejemplo: organizar un evento, crear un cuento colectivo, investigar un tema de interés común, comentar noticias a través de distintas vías (mostrando en un periódico, dibujándolas, relatándolas, actuándolas, redactando una crítica, participando en un foro de discusión, proponiendo soluciones).
. Estrategias que favorezcan la motivación y el aprendizaje significativo, por ejemplo: considerar los intereses y conocimientos previos de los alumnos, relacionar los contenidos con experiencias personales significativas, proponer actividades variadas, dar alternativas de elección, variar los materiales y contextos de aprendizaje, generar
espacios de intercambio de experiencia y opiniones, proponer soluciones a problemas compartidos.
. Utilizar variadas formas de agrupamiento al interior del curso, por ejemplo, organizar grupos de trabajo, Estos se pueden organizar por niveles de aprendizaje, por áreas de interés o según la naturaleza de la actividad. En este sentido, dependiendo del objetivo se pueden estructurar grupos “homogéneos” o heterogéneos, en el primer caso se favorece la realización de actividades con distinto nivel de exigencia por grupo, en el segundo, se incentiva el apoyo y la ayuda entre niños que tienen diferentes niveles de competencia. Es importante que los agrupamientos sean distintos al menos en cada tema para que no se conviertan en grupos " rotulados"
Se puede utilizar también la formación espontánea de los grupos de modo de dar posibilidades para que los niños se elijan entre si, utilizar dinámicas para que se conformen grupos al azar para ampliar las oportunidades de interacción entre los niños o bien, dirigir la formación del grupo, cuidando que estos queden equilibrados en cuanto a las habilidades de los niños.
Otro aspecto que hay que cuidar, es el tamaño del grupo, en la etapa escolar es preferible organizar trabajos en parejas o pequeño grupo y que se distribuyan claramente las tareas y responsabilidades que asumirán los miembros del grupo, que se precisen los procedimientos de ejecución del trabajo y las formas de evaluación que se practicarán.
Lo fundamental en este tipo de estrategia, es asegurar que la naturaleza de la actividad o del trabajo a realizar exija la cooperación entre los alumnos.
Enseñar juegos y actividades recreativas en las que todos puedan participar.
. Realizar actividades que estimulen el autocontrol y la regulación social, por ejemplo: actividades de gran grupo tales como: debates, lluvia de
ideas, reflexión colectiva, presentaciones artísticas juegos deportivos. En general este tipo de actividad permite la regulación social: respetar turnos en la conversación, aceptación de normas, establecimiento de formas de participación, cumplimiento de roles.
Adaptaciones de los materiales
Al momento de seleccionar el material educativo es necesario prever que éste sea de utilidad para todos los alumnos teniendo en consideración las NEE.
Para adaptar el material común a las necesidades educativas especiales de determinados alumnos. es fundamental tener claras las características de éstos y los objetivos que se quieren lograr con dicho material, por ejemplo: en los materiales escritos, pueden realizarse muchas modificaciones, desde las que afectan a la presentación del texto hasta los contenidos.
En relación a la presentación: pueden efectuarse cambios en el tipo y tamaño de la letra, variaciones de color de las grafías, dejar más espacios entre líneas, incorporar esquemas, gráficos o dibujos que ayuden a la comprensión.
En relación a los contenidos: estos se pueden simplificar, reemplazando algunos términos por sinónimos. explicar el significado entre paréntesis, acortar párrafos o frases demasiado largas. Se pueden ampliar a través de explicaciones adicionales, con preguntas de autorreflexión, con consignas complementarias. También se pueden suprimir aquellos contenidos que no se ajusten a las posibilidades de comprensión del alumno. Es importante no eliminar contenidos que afecten las ideas principales del texto.
Para su elaboración se puede recurrir a la colaboración tanto de los alumnos de cursos superiores como a la familia.
Es importante ubicar el material en un lugar de fácil acceso, convirtiendo el uso de material en una actividad educativa, así como el cuidado y mantención del mismo. Es recomendable además explicar a los alumnos Ia función y utilidad del material, incluso considerar la opinión de los niños, sobre qué tipo de material adquirir.
Adaptaciones en la evaluación
La evaluación es un aspecto fundamental que permite obtener información relevante sobre el niño al inicio, durante y al final del proceso de enseñanza aprendizaje. Esta puede tener un carácter diagnóstico, formativo y sumativo, entre otros.
La evaluación diagnóstica: permite conocer el nivel de competencia que tiene el niño en relación a la programación curricular del grupo y elaborar de acuerdo con ello las adecuaciones individuales que guiarán su proceso de enseñanza aprendizaje.
La evaluación formativa: Nos permite hacer un seguimiento de los progresos del niño y valorar cómo se está desarrollando el proceso de enseñanza aprendizaje, este aspecto constituye una fuente de retroalimentación tanto para el alumno como para el docente.
La evaluación sumativa: permite medir conocer en que medida el escolar ha alcanzado los objetivos propuestos y considerar dichos resultados para las decisiones relacionadas con la promoción del alumno.
Es necesario definir previamente qué, cómo y cuándo evaluar, teniendo en consideración las necesidades educativas especiales del alumno. Si bien la tendencia debiera apuntar a utilizar los mismos criterios e instrumentos de evaluación que se aplican para todo el grupo, no hay que descartar, que para algunos niños sea necesario considerar evaluaciones diferenciadas, lo que puede implicar: poner en práctica otros métodos o estrategias de evaluación, modificar los instrumentos, adecuar los tiempos, graduar las exigencias, la cantidad de contenido e incluso considerar la posibilidad de otorgar apoyo al niño durante la realización de la evaluación.
Adaptaciones del espacio físico y organización del tiempo
Eliminar las barreras arquitectónicas de las escuelas a fin de facilitar el acceso y la movilidad de determinados niños con discapacidad, es algo que muchas veces está lejos de poder implementarse debido a la inversión que ello supone, sin embargo, en la medida de lo posible, habrá que buscar soluciones creativas que no impliquen el empleo de grandes recursos. Este aspecto puede abarcar desde modificaciones estructurales de los accesos hasta pequeñas
modificaciones como: reordenar el espacio con separadores, o señalizar los distintos lugares de la institución con carteles o símbolos que faciliten la orientación.
Si hay personas con discapacidades motoras, el criterio será que los espacios permitan la movilidad y autonomía (como rampas y puertas abatibles), pasillos amplios que permitan transitar en sillas de rueda, apoyos en los servicios sanitarios.
Las características generales de las aulas deben ser las indicadas para cualquier escuela, es decir, buena iluminación, adecuadas condiciones de ventilación, espacio suficiente para cada niño, no sólo para su pupitre, sino para que se puedan mover cómodamente, paredes en las que existan posibilidades para colocar sus trabajos.
Es importante considerar, en lo posible un lugar concreto en el que se puedan realizar apoyos específicos fuera del aula, estos estarán destinados a los momentos en que se trabaje en forma individual, ya sea con los especialistas o con el mismo maestro, también puede destinarse a las tutorías entre niños, trabajos en pequeño grupo.
Por último organizar y distribuir el tiempo disponible, de modo que tanto el maestro como el alumno saquen el máximo provecho de este, es algo que debe estar presente a la hora de planificar la jornada de trabajo. Es importante involucrar a los niños en este aspecto por ejemplo, explicándoles lo que se va hacer, en qué momento, propiciando su participación en la confección de horarios, organigramas, mapas de actividades que les ayuden a orientarse temporalmente.
Es importante además organizar la rutina de trabajo de modo que los temas de mayor contenido y complejidad se ubiquen en los momentos en que los niños están más alertas y descansados evitando dejar las actividades más difíciles o que exigen mayor concentración al final de la jornada.
Las medidas de apoyo hasta aquí expresadas contribuyen a facilitar el proceso de aprendizaje de cualquier niño y en particular de aquellos que presentan necesidades educativas especiales.
EVALUACIÓN Y CONTROL DE LA ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN
Este momento del Algoritmo de Atención Integral se caracteriza por lo sistémico y lo sistemático , lo dinámico y lo flexible en la realización de las diferentes formas de evaluación y control .
Asumir, en correspondencia con la orientación estratégica de la política educacional cubana, el Entrenamiento Metodológico Conjunto como método y estilo de trabajo implica, que éste se convierta en la forma esencial para la evaluación y control de la estrategia, no obstante , se pueden aplicar otras alternativas propias del sistema de reuniones y del trabajo metodológico .
Los estudios de casos son una forma peculiar de evaluar y controlar dicha estrategia.
A partir de estos, se rediseña la acción pedagógica y/o se propone a los equipos de los Centros de Diagnóstico y Orientación cambio de diagnóstico y al Consejo de Atención a Menores modificación de las medidas.
Las adaptaciones curriculares se deberán reflejar por escrito en el expediente psicopedagógico precisando el tipo, los aspectos que abarca , el tiempo u otros aspectos de interés .
El ALGORITMO concluye con la valoración de la efectividad de la estrategia en la etapa final de cada curso escolar, en la cual debe plantearse los avances, retrocesos, adquisiciones , modificaciones ,cambios , involuciones , dinámica , agravamientos y complicaciones ,sus causas , y la responsabilidad de cada uno de los factores que conforman el sistemas de influencias educativas, donde la Comisión de Apoyo al Diagnóstico de la escuela desempeña un papel decisivo en la evaluación de cada escolar .
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