Los Niños con dificultades en el aprendizaje.
Características Fundamentales
1.-
El problema y su complejidad
Las dificultades en el aprendizaje generan problemas durante la vida
escolar de los niños y jóvenes , que, en ocasiones, no desaparecen durante la
vida adulta. Estas dificultades producen sentimientos de frustración y
minusvalía; marcan con un signo negativo la vida de las personas que las
presentan y de sus familias; y exigen recursos adicionales de los sistemas
educacionales, obligados a prestar servicios especiales que posibiliten el
desarrollo de las capacidades potenciales de estas personas, garanticen una
mejor calidad de vida, y faciliten la incorporación de las mismas a la vida
laboral activa.
Se estima que las dificultades en el aprendizaje que requieren
servicios educacionales especiales afectan un porciento importante de la
población. A finales de la década pasada se consideraba que alrededor de un 12%
de una población necesitaba servicios educacionales especializados y de ella un
11% presentaba problemas de aprendizaje. (Taylor y Stemberg, 1989). En
realidad, el tamaño exacto de esta población resulta difícil de determinar, por
la naturaleza subjetiva de muchas de las definiciones de las categorías que se
incluyen actualmente en la educación especial. (Taylor y Sternberg, 1989).
La caracterización de cualquier entidad resulta importante si se
quiere conocer con precisión el tamaño de las poblaciones que requieren
detección, diagnóstico y atención especializada. Esto se hace más dramático en
la categoría dificultades del aprendizaje, en la que no existe, de acuerdo con
la información que poseemos, una caracterización universalmente aceptada que
satisfaga a los especialistas y que se ajuste a las exigencias de las ciencias
que tienen que ver con la detección, el diagnóstico y la atención de estas
personas.
Las lagunas que se observan en este campo afectan la práctica
profesional de los especialistas que tienen en sus manos la prevención, la
detección, el diagnóstico y la atención de estas personas.
El problema que nos ocupa no es de fácil solución, tal vez de todas
las entidades de las cuales se ocupa la Educación Especial la más difícil de
diagnosticar y de atender sea precisamente el área de las dificultades en el
aprendizaje.
Las dificultades en el aprendizaje se confunden muchas veces con los
retardados mentales ligeros. Fue precisamente la
diferenciación de estos últimos la que llevó a Samuel Kirk, a principios de la
década de los sesenta, a plantear la existencia de un grupo de niños,
diferenciables de los retardados mentales, a los que denominó niños con
dificultades en el aprendizaje. Además, ellos se confunden con los trastornos
emocionales y de conducta, ya que asociado a las dificultades de
aprendizaje aparecen también, en estos niños, manifestaciones conductuales
que se asemejan a las de aquellos que son diagnosticados como conductuales o
con trastornos emocionales.
Tanto el
diagnóstico como el tratamiento de estos niños involucra especialistas
diferentes, con contextos teórico-prácticos distintos, lo que conduce, en
muchas ocasiones, a que un mismo niño sea etiquetado de modos diferentes en
dependencia del especialista que lo diagnostique y de la escuela de pensamiento
que este especialista asuma. Así, por ejemplo, el mismo niño puede ser
diagnosticado como:
a)
dificultades en el aprendizaje
b)
dificultades de la atención
c)
hiperquinesia
d)
disfunción cerebral mínima
Si analizamos estos rótulos, que no son los únicos, veremos que en
ellos se ubica el problema del niño en planos diferentes. Cuando hablamos de
dificultades en el aprendizaje nos colocamos en un plano pedagógico, en el
límite, en un plano psicopedagógico. Mientras que, cuando se diagnóstica un
déficit atencional se hace énfasis en los procesos psicológicos, que pudieran
ser responsables del bajo rendimiento escolar que exhiben los niños con
dificultades en el aprendizaje. La hiperquinesia, etiqueta que también suelen poner
a muchos de estos niños, caracteriza más bien la esfera conductual de algunos
de los niños que no aprenden bien en la escuela regular. Por último, la
categoría disfunción cerebral mínima, utilizada básicamente por los neurólogos,
parece poner el énfasis fundamental en estados patológicos del Sistema Nervioso
Central, que presumiblemente son la causa de las dificultades en el
aprendizaje.
Antes de que Kirk (1963) planteara la categoría dificultades en
el aprendizaje, los mismos ninõs habían sido tratados como discapacitados
perceptuales>>, <<trastornos del lenguaje>>,
<<niños con lesiones cerebrales>>, o <<lesión
cerebral mínima>>, por sólo citar algunos ejemplos.
Las etiquetas parecen enfatizar aspectos diferentes que pueden
coexistir en un mismo niño, lo que, sin lugar a dudas, hace muy complejo este
campo de estudio.
Otra de las razones que hace muy complejo este campo se refiere a la
etiología de las dificultades en el aprendizaje. Históricamente se ha planteado
como causa las disfunciones del sistema nervioso central, y se ha excluido como
causa posible, de las dificultades en el aprendizaje, problemas referidos a
interacciones sociales deficientes en el seno de la familia o la comunidad en
la que el niño vive; o a las condiciones que impone la escuela actual, que
supone al inicio del aprendizaje escolar niveles homogéneos de conocimientos,
de desarrollo intelectual y de madurez emocional en todos los niños. Sabemos
que las condiciones de vida y educación que ateceden el ingreso a la escuela no son las mismas
para todos los niños, y aun más la calidad de los aprendizajes varía de una
familia a otra en dependencia del nivel socio-económico y cultural, y de la
frecuencia y calidad de las interacciones que se producen entre los niños y sus
familiares grandes y chicos.
La escuela que hoy conocemos no tiene en cuenta estas diferencias
que en muchos casos no son superadas, es por eso que los niños de medios
desfavorecidos se convierten en poblaciones en riesgo de fracaso escolar y de
posibles dificultades en el aprendizaje.
La etiología constituye un problema que se suma a los anteriores, ya
que en muchos casos la etiología más aceptada, las disfunciones del
SNC, se trata de modo altamente inferencial y no ha sido lo suficientemente
demostrada. En otros casos, es evidente que las dificultades que el niño
presenta son el producto de condiciones adversas de vida y educación, pero
estos casos no son considerados como niños con dificultades en el aprendizaje.
Los problemas que hemos analizado dependen en gran medida de la
falta de una buena caracterización de las dificultades en el aprendizaje.
Durante más de 30 años los especialistas que han trabajado en esta
área se han propuesto diferentes definiciones y aún hoy no existe una que sea
reconocida por todos y que cumpla con las exigencias de la ciencia o las
ciencias implicadas en el diagnóstico y el tratamiento de estos niños y que
satisfaga a los especialistas que día a día afrontan la tarea de detectar,
diagnosticar o atender a estos niños.
En este capítulo analizamos la
categoría <> a partir del análisis
crítico de las diferentes definiciones que se han aportado, hacemos explícitos
nuestros criterios acerca del estancamiento que se observa en esta área, y
proponemos algunas ideas que, a nuestro juicio, pueden contribuir a mejorar el
problema de la definición de las dificultades en el aprendizaje.
2.- Tres décadas de definiciones que no satisfacen a los especialistas.
En la literatura especializada se considera que el problema de los niños
con dificultades en el aprendizaje aparece referido en la literatura del siglo
pasado y de la primera parte de este siglo, en términos de pérdidas de
habilidades específicas causadas por lesiones o daños cerebrales o en términos
de trastornos severos de la lectura, la escritura, etc.
El surgimiento de la categoría diagnóstica dificultades del
aprendizaje está marcada por las necesidades de la práctica. (Wiederholt.
1974).
Para Samuel Kirk la necesidad práctica se expresó cuando sus
trabajos con retardados mentales le indujeron a la creación de una nueva
herramienta diagnóstica, el Test Illinois de Habilidades Psicolinguísticas, que
permitiera diferenciar del grupo de niños etiquetados como retardos mentales, a
aquellos que podían aprender mucho más que lo que indicaban los test de
inteligencia aplicados. La necesidad se hizo evidente cuando Kirk planteó que
quería ofrecer una descripción más útil a los professionales de la Educación
Especial que los niños que hasta ese momento habían sido diagnosticados como
<> y <>, términos que
consideró de muy poca utilidad en el desarrollo de programas educacionales que
permitieran el desarrollo de estos niños.
Kirk (1963), propuso la categoría <<dificultades en el
aprendizaje>> para describir a aquellos niños que tenían
alteraciones en el lenguaje, el habla, o la lectura, o problemas agregados de
comunicación. Indicó que en este grupo diagnóstico no incluía deficientes
sensoriales tales como ciegos o sordos, ni a aquellos niños que presentaban
debilidad mental. En esta la primera definición de dificultades del
aprendizaje, se hace referencia a disfunciones del Sistema Nervioso Central
(SNC) como causa de las dificultades de aprendizaje, que presentan muchos ninõs.
La definición más completa de S. Kirk expresa que un problema
de aprendizaje se refiere al retardo, desorden, o desarrollo tardío de uno o
más procesos referentes al habla, el lenguaje, la lectura, la escritura, la
aritmética, u otras materias escolares, y que resultan de una incapacidad
psicológica causada por una disfunción cerebral mínima o por trastornos
emocionales o conductuales. Estos problemas no son el resultado de retraso
mental, o deprivaciones sensoriales o culturales, o factores
referidos a la instrucción.
Esta definición tuvo una difusión inmediata. Las causas fueron las
seguientes:
-
Se coloca en primer plano el
problema primario del niño, de una forma comprensible para padres y
especialistas.
-
Se gana aceptación inmediata
por parte de los padres, ya que es más fácil aceptar que un hijo tenga
dificultades para aprender a que sea un retrasado mental. Se les resta
culpabilidad: los problemas que los niños plantean no se deben primariamente a
una educación familiar deficiente. Se ofrecer mayor seguridad a la familia, ya
que con una atención adecuada estos niños pueden lograr el éxito.
-
Se hace responsable a la
escuela de la solución del problema de estos niños. Ellos exigen una atención
educacional especializada que se justifica desde un punto de vista humanitario.
La aceptación inicial de la definición de Kirk, que abrió un nuevo
campo de la Educación Especial, fue sustituida por una proliferación de nuevas
definiciones y por la creación de nuevos trastornos específicos de aprendizaje.
De la definición de Kirk (1963) hasta la fecha se han producido un
buen número de definiciones. Hammil (1990) después de revisar unos 28 libros
publicados entre 1982 y 1989 y 19 discusiones en los que se trata el problema
de la definición de las dificultades en el aprendizaje, propone 11 definiciones
promitentes en este campo o que gozan de un cierto grado de popularidad entre
los especialistas. Todas estas definiciones son de autores que han desarrollado
sus trabajos en los Estados Unidos de América.
La aparición de diferentes definiciones acerca de las dificultades
en el aprendizaje, lejos de despejar este campo de estudio, experimentación y
de práctica profesional de médicos, psicólogos y docentes, ha creado una gran
confusión que, a nuestro juicio, niño favorece el desarrollo de esta área tan importante
de la Educación Especial.
A pesar de la inconformidad que expresaron diferentes especialistas
con la definición de S. Kirk, en ella, aún con sus limitaciones, se esbozan los
tres planos que de una u otra forma se van a mantener en las definiciones que
le sucedieron. Estos planos son: dificultades en las materias escolares, tales
como la lectura, la escritura, etc., (plano pedagógico), déficits en los
procesos psicológicos (plano psicológico) y disfunciones del SNC (plano
neurológico). Sobre ellos volveremos más adelante en este capítulo.
De acuerdo con Hammill (1990), los
elementos conceptuales que están presentes en las 11 definiciones que considera
más relevantes son los siguientes:
1 – Rendimiento
por debajo del promedio.
2 - Disfunciones
del SNC, como causa de las dificultades en el aprendizaje.
3 – Disfunciones
de los procesos psicológicos involucrados en el aprendizaje.
4 - Problemas
específicos del habla y del lenguaje como dificultades potenciales del
aprendizaje.
5 – Problemas
académicos específicos como dificultades potenciales de aprendizaje.
6 – Problemas
específicos referidos a los conceptos (pensamiento y razonamiento), como
dificultades potenciales de aprendizaje.
7 – Otras
condiciones específicas como dificultades potenciales de aprendizaje.
8 – Delimitación
o no de la edad en la que pueden considerarse las dificultades en el
aprendizaje.
9 – Relaciones
de las dificultades en el aprendizaje con otras discapacidades.
Los nueve elementos conceptuales planteados por hammil (1990), requieren
un análisis detallado. En la mayoría de las definiciones se dibujan, como hemos
señalado anteriormente, tres planos: pedagógico, psicológico y neurológico. Los
elementos conceptuales propuestos por Hammil pudieran ser reagrupados de
acuerdo a estos tres planos.
Plano pedagógico. En este se incluirían los problemas académicos
como manifestaciones específicas de las dificultades en el aprendizaje. Por
ejemplo: la lectura, la escritura, el cálculo.
Plano Psicológico. Este es
tal vez uno de los planos que mayor complejidad presenta, él incluye los
procesos psicológicos como causa, como efecto y en su relación con el
rendimiento. Este plano incluye procesos como problemas específicos de
aprendizaje, procesos como causa de las dificultades en el aprendizaje y
relaciones entre habilidad y rendimiento.
·
Procesos como problemas específicos de aprendizaje.
A este nivel corresponden también
aquellos elementos que se incluyen en las definiciones en términos de problemas
de aprendizaje, tales como: habla y lenguaje, pensamiento, y otros procesos u
operaciones de nivel psicológico. Pero en este caso el nivel psicológico no se
trata en términos de causa si no de problemas específicos de aprendizaje al
mismo nivel que los problemas de la lectura, la escritura y el cálculo. Esto
complica extraordinariamente este campo de estudio, ya que el mismo nivel de
análisis aparece como causa y como efecto. Resulta, a mi juicio, un sin sentido
plantear que un trastorno específico del aprendizaje es la formación de
conceptos y que ellos se deben a problemas psicológicos básicos involucrados en
el aprendizaje, ya que la formación de conceptos es precisamente uno de esos
procesos básicos involucrados en el aprendizaje.
·
Procesos psicológicos como causa.
Aquí a este
nivel se incluirían los elementos que hacen alusión a déficits psicológicos
como causa de las dificultades del aprendizaje, que se incluyen en las
definiciones de forma muy vaga, en términos de procesos psicológicos básicos y
que Hammil resume en términos de disfunciones en los procesos psicológicos
involucrados en el aprendizaje. Obsérvese que este elemento se asume como
causa.
·
Procesos psicológicos en términos de discrepancia entre la
habilidad y el logro.
A los procesos psicológicos también
se hace referencia cuando se habla del bajo rendimiento escolar, que se expresa
en términos de discrepancia entre aplitudes y rendimiento, y que
operacionalmente se ha expresado en términos de discrepancia entre el cociente
de inteligencia (CI), como capacidad intelectual y el logro específico en
pruebas que evalúan el nivel de las adquisiciones en lectura, escritura o
matemática. Si fuéramos a ser precisos, este elemento, presente en muchas
definiciones, debía ponerse entre el plano pedagógico y el plano psicológico,
ya que es un elemento relacional entre uno y otro de los planos mencionados.
También se hace referencia al plano psicológico cuando los problemas de bajo
rendimiento se tratan en términos de discrepancias intraindividual de
habilidades o capacidades.
Plano Neurológico. En este plano se incluyen las disfunciones del SNC, que se asumen como causa de las dificultades en el aprendizaje, pero que en la mayoría de los casos son inferidas a partir de la historia pre, peri y postnatal del sujeto o a partir de pruebas tales como el test Gestáltico Viso-motor de Bender u otras pruebas de grafismo infantil.
Los otros
elementos que Hammil subraya como los más relevantes en las definiciones de
dificultades en el aprendizaje no se incluyen en ninguno de los tres planos
analizados. La edad parece más bien responder a un factor jurídico que
científico, aunque es evidente que las dificultades que presentan los niños en
la escuela tienen graves consecuencias en la vida adulta. El hecho de que los
trastornos de aprendizaje puedan o no coexistir con otras discapacidades
complica el problema que nos ocupa, a menos de que se cuente con um marco
teórico lo suficientemente claro como para poder discriminar los déficits
primarios de los déficits secundarios.
Plano Pedagógico. Lo
primero que se observa en los niños con dificultades en el aprendizaje es la
imposibilidad de seguir con éxito el curso regular de los estudios en la
escuela primaria. Aún con las deficiencias que la escuela primaria presenta
a nivel mundial muchos niños logran pasar sin tropiezos este nivel de
intrucción, mientras que otros fracasan y necesitan de ayudas especiales para
superar sus dificultades.
Las deficiencias que presentan estos niños en las adquisiciones
escolares pueden ser específicas, y se refieren a materias b’sicas como la
lectura, la escritura y la matemática, o generalizadas y afectan las
adquisiciones en todas las materias escolares. Esto último no parece
corresponder con las definiciones que se han dado y el interés en subrayar el
carácter específico de las dificultades en el aprendizaje.
En el caso de las deficiencias específicas en el aprendizaje escolar
se observa, como se ha señalado, interferencias selectivas sensibles en el
éxito escolar: en el aprendizaje de la lectura (dislexia), de la escritura
(disgrafia), o del cálculo (discalculia). Se supone que estas dificultades
específicas se hacen evidentes en las actividades cotidianas que requieren
leer, escribir o calcular. Esto último puede ser muy discutible y en la
literatura y en la vida cotidiana, en el vínculo día a día con estos niños se
registran casos que si bien tienen dificultades en el ámbito escolar con estas
disciplinas, resuelven muy bien los problemas que les plantea su vida, esto se
hace más evidente en aquellos niños en los que se reporta una discalculia.
En nuestra
experiencia, los niños con dificultades en el aprendizaje presentan más bien
trastornos generalizados que específicos, en el sentido en que los trastornos
de la lectura, la escritura o el cálculo no se presentan aislados.
En la práctica ha sido muy difícil encontrar niños con buenos
rendimientos en el cálculo y bajos rendimientos en la lectura o viceversa. Lo
mismo ha ocurrido con la escritura, no hemos encontrado un niño que presente
uma disgrafia pura, más bien lo que hemos encontrado son niños que presentan
problemas generalizados de aprendizaje, que se expresan en la lectura, la
escritura, y el cálculo, por ser estas las materias básicas del nivel primario
de enseñanza. Probablemente no se refieren otras materias escolares porque la atención
se ha centrado en éstas, que son las básicas y que además constituyen
herramientas indispensables para un desempeño escolar exitoso.
Cuando las dificultades no son detectadas a tiempo, y los niños no
son objeto de ayudas educacionales especializadas en muchos casos el alumno se
convierte en repitente, o en otros, en aquellos sistemas educacionales que o
hacen repetir grados, los niños pasan de un grado a otro sin las herramientas
básicas, lo que conduce inevitablemente al fracaso escolar y en el peor de los
casos, que afecta a los sectores más desfavorecidos, los niños abandonan la
escuela.
El fracaso escolar de los niños que presentan dificultades en el
aprendizaje se debe diferenciar del fracaso escolar que sobreviene como
producto de la asistencia irregular del niño a la escuela, o la falta de
intereses en el tipo de conocimiento que la escuela puede brindar. Es el caso
de los niños que necesitan sobrevivir en nuestras sociedades a partir de su
propio esfuerzo, o que su ayuda económica como pequeños trabajadores es parte
del sustento familiar.
También el fracaso escolar de los niños que presentan dificultades
en el aprendizaje se debe distinguir del fracaso que se origina por
procedimientos pedagógicos inadecuados, o por el abandono pedagógico de que son
objeto muchos niños, ya que algunos casos el maestro no está preparado para
atender las diferencias individuales de la heterogeneidad de niños que se
reúnen el el mismo salón de clases. Esto último se agudiza en las aulas de los
primeros grados cuando el maestro debe atender a un número excesivo de alumnos.
Es importante conocer las causas
que conducen al fracaso escolar, es decir, cuáles son las causas que determinan
que un niño no pueda seguir con éxito el curso de los estudios en la escuela
regular. Nosotros en nuestros estudios consideramos qué dificultades del
aprendizaje propriamente dichas presentan aquellos niños que no aprenden en la
escuela como producto de un deficiente desarrollo de los procesos
cognoscitivos. Consideramos que estos son los procesos básicos involucrados en
el aprendizaje y a los cuales se hace referencia en las definiciones, cuando se
incluyen como responsables de las dificultades del aprendizaje procesos
psicológicos básicos, o procesos básicos del aprendizaje.
Plano Psicológico. Como ya
hemos señalado en este trabajo, el plano psicológico, es el que mayor
compleijidad presenta, ya que en él se incluyen causas y al mismo tiempo
efectos, así como relaciones que establecen vínculos entre este plano y el
propiamente pedagógico.
·
Procesos psicológicos como problemas específicos de aprendizaje.
Ya hemos dicho
que a este plano corresponden aquellos elementos conceptuales incluidos en las
diferentes definiciones, que Hammil (1990), señala como dificultades
potenciales del aprendizaje referidas al habla y el lenguaje, el pensamiento,
el razonamiento y otras. También hemos señalado que en estos casos los procesos
psicológicos son tratados al mismo nivel que los problemas específicos de
aprendizaje, y que esto conduce a serias dificultades, en la medida en que las
causas se confuden con sus efectos. Esta confusión se genera porque los autores
que han propuesto sus definiciones de dificultades en el aprendizaje lo han
hecho básicamente a partir de sus experiencias y desde marcos teóricos referenciales
diferentes. Esto último, es muy importante ya que la práctica profesional y la
investigación de los diferentes autores que han trabajado en este campo ha
estado determinada por sus puntos de vista teóricos.
La ausencia de un marco referencial único, y en la psicología los
hay muy diversos, conduce a indefiniciones que afectan el desarrollo en este
campo.
Cuando los procesos psicológicos son tomados como problemas
específicos de aprendizaje, se observa que la referencia en casi siempre a una
conducta manifiesta. Por ejemplo, cuando se refieren problemas del habla y del
lenguaje como problemas específicos del aprendizaje. Tal vez los investigadores
no se han despojado de la herencia del conductismo, o el planteamiento de los
procesos psicológicos en términos conductuales son más fáciles de
operacionalizar en el diagnóstico y la intervención. Veamos un ejemplo, para
algunos autores los niños con dificultades en el lenguaje presentan problemas
referidos al vocabulario, lo que puede ser observado y aun más, cuantificado.
No nos oponemos ni a una correcta operacionalización en el diagnóstico, ni
mucho menos a la cuantificación, pero sí creemos que es saludable para el
desarrollo futuro de este campo una delimitación más clara entre
manifestaciones conductuales, y procesos mentales.
Un esfuerzo adicional es necesario. En este campo los autores deben
aspirar a hablar en el mismo lenguaje, y si esto no es posible deben
contextualizar sus planteamientos, de acuerdo con la teoría que sustentan.
Además, resulta un sin sentido
plantear que un trastorno específico del aprendizaje es un proceso, que a su
vez es su propia causa. A menos de que se hable de observables conductuales en
el caso de procesos psicológicos considerados como dificultades específicas del
aprendizaje y de procesos psicológicos mentales en el caso de las causas de
estas dificultades, lo cual no queda claro.
·
Procesos psicológicos como causa.
Como ya hemos
planteado anteriormente en el nivel psicológico se incluyen elementos
conceptuales que hacen referencia a los procesos psicológicos como causa de las
dificultades en el aprendizaje. Aún cuando este plantemiento es vago, resulta a
nuestro juicio muy importante. Si tomáramos las dificultades en el aprendizaje
en sus manifestaciones más externas hablaríamos de las dificultades que tienen
los niños en una o más materias escolares. Esto nos permitiría plantear los
procesos psicológicos como causa y no como dificultades específicas.
Creemos que esto ayudaría a esclarecer la definición y caracterización
de las dificultades en el aprendizaje, ya que los procesos psicológicos que se
plantean como problemas específicos de aprendizaje no dejan de estar en la base
de los problemas académicos, específicos o no, que presentan los niños. Por
ejemplo, la práctica indica que es muy difícil que un niño que tenga problemas
del habla y del lenguaje no presente problemas en la lecto-escritura.
Una de las grandes ventajas de considerar los procesos psicológicos
sólo como causas y no como problemas específicos de aprendizaje. Como es
conocido, constantemente se están proponiendo nuevos problemas específicos de
aprendizaje, tal es el caso de los déficits en las habilidades sociales,
planteados en la definición propuesta por el Comité de Interagencias en
Dificultades del Aprendizaje (1987) o de la disracionalidad como una nueva dificultad específica del
aprendizaje, propuesta por Stanovich (1993). Por esta vía la lista de nuevas
dificultades específicas específicas del aprendizaje podía hacerse
interminable.
Como bien ha señalado Kavale (1993) la adición de nuevas formas
específicas de trastornos del aprendizaje no conlleva una reconceptualización
de fondo, y conduce a una pérdida del concepto. La fragmentación que supone la
adición de nuevas formas de dificultades específicas del aprendizaje y la
pérdida del concepto sería el resultado de nuestra incapacidad para entender
las dificultades en el aprendizaje en un sentido unificado y comprensivo.
(Kavale,1987).
Nos gustaría añadir que una reconceptualizaciíon de fondo del concepto
de dificultades en el aprendizaje es posible a partir de la consideración de
los procesos psicológicos como causas de los déficits académicos, y sobre todo
de la adopción de un contexto teórico, que no vemos sea posible definir sin
tomar en cuenta los hallazgos fundamentales de la psicología cognitiva en la
últimas tres décadas.
En el modelo teórico que estamos tratando de desarrollar,
consideramos que las dificultades en el aprendizaje en las materias escolares
se deben a un insuficiente desarrollo de los procesos cognoscitivos, es decir,
una de las características fundamentales de los niños que presentan
dificultades en el aprendizaje es es insuficiente desarrollo de los procesos
cognoscitivos. Esta característica es muy difícil de precisar, ya que en la
actualidad se trata de forma muy fragmentada y pocas veces queda claro porque
unos autores enfatizan unos procesos y otros enfatizan otros. Además, en el
plano práctico la evaluación de los procesos cognoscitivos se limita, en muchos
casos, a la evaluación del CI.
La investigación en este campo está
plagada de estudios que destacan unos u otros procesos cognoscitivos. Muchas
veces los argumentos que se esgrimen no resultan suficientes como para
privilegiar unos procesos y no otros. De forma tradicional los procesos a cuyo
desarrollo insuficiente se atribuyen los déficits en el aprendizaje de las
materias escolares son:
-
la percepción
-
la atención
-
la memoria
-
el pensamiento
-
el lenguaje
Estos procesos, sin lugar a dudas, están implicados en el
aprendizaje y muchas veces se tratan en término de las competencias previas que
los niños deben exhibir antes de comenzar el aprendizaje de la lectura, la
escritura y el cálculo. En este contexto, especial atención exigen los déficits
de la percepción los cuales han sido considerados responsables de las
dificultades en el aprendizaje, ya que se les considera los procesos más
directamente relacionados con las patologías neurológicas y las disfunciones
del SNC. (Cruickshank, 1981).
Para otros autores la incapacidad en el control de impulsos, así
como la falta de selectividad atencional aparecen como deficiencias
intelectuales que afectan el aprendizaje escolar.
Cuando se trata de las deficiencias en los procesos de abstracción,
de generalización, cuando se habla de la incapacidad para valorar diferentes
alternativas en la solución de problemas, cuando se valoran insuficiencias en
la formación de los conceptos, o incapacidad para establecer inferencias
lógicas, se habla del pensamiento como responsable de las dificultades en el
aprendizaje de las materias escolares.
Los déficits de la memoria, mediata e inmediata, mecánica o lógica,
a corto a largo plazo, han sido estudiados como causa de las dificultades en el
aprendizaje. En muchas ocasiones las dificultades que presentan estos alumnos
en la adquisición de nuevos conocimientos se vincula a problemas de
almacenamiento y recuecación de la información.
Hasta el presente, a pesar de los esfuerzos realizados en la
caracterización de los procesos cognoscitivos, en tanto responsables de las
dificultades en el aprendizaje, es muy fragmentada, y no ayuda a poner orden en
este campo.
Lo mismo ocurre con el aprendizaje. Como bien señala Conte (1993),
los que han trabajado en este campo se han centrado más bien en las
dificultades que en el aprendizaje, lo cual ha dado lugar la aparición
constante de nuevas dificultades específicas, mientras que son bien pocos los
autores que hablan del aprendizaje, sus procesos, sus mecanismos, de acuerdo
con una teoría.
Las propuestas que se han hecho con respecto al aprendizaje no
logran resolver los problemas planteados, ya que no ofrecen un contexto teórico
que permita de forma coherente analizar los procesos cognitivos involucrados en
el aprendizaje. Por ejemplo, Conte (1993), propone dividir el aprendizaje en
incidental e intencional. El aprendizaje incidental es aquel que ocurre en un
ambiente natural, por medio de la observación y a partir del ejemplo de otras
personas, mientras que el aprendizaje intencional requiere de un procesamiento
de carácter controlado, que involucra una presentación deliberada y
estructurada del material, tal y como ocurre en la escuela. Según Conte (1993)
la mayoría de los contenidos que se refieren en las definiciones de trastornos
del aprendizaje se incluyen en el aprendizaje de tipo intencional. Este autor
propone que el dominio de las dificultades del aprendizaje incluye aquellas
áreas que requieren de un aprendizaje intencional, y que tienen el suficiente
impacto social como para considerarse esenciales en el ajuste del individuo a
su cultura. Tal es el caso de la lectura y no lo es, a juicio de Conte, de la
música, ya que en nuestras culturas muchos individuos pueden vivir
satisfactoriamente sin tener experticidad en la música.
Este intento es aún pálido y ha sido objeto de críticas. Greshan
(1993), ha planteado que la propuesta de Conte presenta algunas dificultades,
ya que en ella no queda claro qué se entiende por ambiente
<> y no queda claro tampoco que los procesos de
aprendizaje, a los que Conte hace referencia como propios del aprendizaje
incidental, modelación y observación, no se incluyan, de alguna forma, en los
aprendizajes que denomina intencionales.
La posibilidad de ofrecer un modelo
más sistémico acerca de los procesos cognoscitivos y el aprendizaje la
encontramos en la psicología cognitiva contemporánea específicamente en las
tesis fundamentales de la Escuela Histórico-Cultural de Vigotsky, en el
Paradigma del Procesamiento de la Información y en las tesis de la Escuela
Psicogenética de Piaget. Sobre este tema volveremos más adelante.
·
Procesos psicológicos en término de discrepancias entre las
capacidades y el logro.
A los procesos psicológicos también se hace referencia cuando se
plantea el rendimiento por debajo del promedio, como uno de los elementos
conceptuales que se incluyen en las definiciones más relevantes de dificultades
en el aprendizaje.
Todas las definiciones revisadas por Hammil (1990) incluyen el
rendimiento por debajo del promedio como una de las características de las
dificultades en el aprendizaje.
Algunas definiciones consideran como bajo rendimiento la no
existencia de un patrón único de desarrollo. En unas áreas, las personas que
presentan dificultades en el aprendizaje son mejores que en otras, en estos
casos los autores de estas definiciones se refieren a áreas específicas
deficientes más que a déficits generalizados. Estas ideas se pudieran expresar
en términos de desbalances en el desarrollo. Hammill (1990), le llama
diferencias en las habilidades intraindividuales.
Nosotros hemos observado que estos desbalances que se producen con
carácter intraindividual, también tienen un carácter temporal. Estos
desbalances intraindividuales temporales, se expresan en que en un momento
determinado los niños dan la impresión de saber algo y días más tarde dan la
impresión de no recordar nada.
En general, el rendimiento de las personas con dificutades en el
aprendizaje se encuentra por debajo del promedio, con diferencias mas o menos
marcadas y con una cierta inestabilidad.
Otras definiciones cuando se refieren al rendimiento sugieren que
existe una discrepancia entre aptitudes y rendimiento. Estas discrepancias
entre las aptitudes y el rendimiento están presentes en los trabajos iniciales
de Kirk, que precedieron la formulación de la categoría dificultades en el
aprendizaje. Este autor planteó que muchos niños diagnosticados como débiles
mentales podían aprender mucho más de lo que indicaban los resultados obtenidos
cuando se le aplicaban pruebas de inteligencia.
Es necesario subrayar que en este caso la discrepancia parece que se
plantea entre lo que pudiéramos llamar desarrollo actual y desarrollo
potencial. De acuerdo con Vigotsky la diferencia ente el desarrollo actual y el
desarrollo potencial determina la llamada zona de desarrollo próximo.
(Vigotsky, 1966). Por la importancia, que reviste este concepto en la
caracterización de las dificultades en el aprendizaje volveremos a tratarlo más
adelante en este trabajo.
En la definición de Bateman (1965), se hace referencia por primera
vez en el texto de la definición a discrepancias entre aptitud y logro, entre
aptitud y rendimiento. En esta definición se planteó que los niños que
presentaban trastornos del aprendizaje eran aquellos que manifestaban una
discrepancia significativa entre su potencial intelectual estimado y su nivel
actual de rendimiento, relacionado con trastornos básicos en los procesos de
aprendizaje, lo cual puede o no estar acompañado de disfunciones demostrables
del SNC y que no son manifestaciones secundarias de retardo mental, trastornos
emocionales severos o pérdidas sensoriales.
Es de destacar que en la definición de Bateman también se hace
referencia a discrepancias entre las potencialidades individuales y el
rendimiento actual.
En algunas de las definiciones que se sucedieron, a las
anteriormente citadas, se retoma el problema de las discrepancias entre el
rendimiento actual y el esperado, pero en la definición que ofreció la Oficina
de Educación de los E.U.A. (1976), estas discrepancias se plantearon de forma
tal que concitó muchas críticas. En ella se consideró que una dificultad
específica del aprendizaje podía referirse a un niño que presentara una severa
discrepancia entre el rendimiento y las habilidades intelectuales en una o más
áreas: expresión oral, comprensión de lo escuchado, comprensión en la lectura,
habiildades básicas para lectura, cálculo matemático, razonamiento matemático,
o deletreo. Para los autores de esta definición una discrepancia debía
considerarse severa cuando el rendimiento en una o más de las área afectadas
disminuye en un 50% de acuerdo con el nivel de logro esperado para ese niño,
cuando la edad y las experiencias educativas previas son tomadas en cuenta.
Como hemos señalado anteriormente esta forma de precisar las
discrepancias entre habilidades y logro produjo muchas críticas, que se
centraron básicamente en el uso de técnicas psicométricas para la evaluación de
estas discrepancias, debido a las deficiencias que éstas presentan en cuanto a
validez, estandarización, normación, etc.
En la mayoría de los casos, en el plano operativo, el planteamiento
inicial de una discrepancia entre rendimiento actual y rendimiento potencial se
limitó a la discrepancia entre el CI y el rendimiento en una u otra materia
escolar.
El problema de la inteligencia y su medición a partir de los test
tradicionales como forma de operacionalizar las discrepancia entre habilidades
y rendimiento ha sido objeto de muchas críticas.
De forma crítica Stanovich (1993), plantea que los test de
inteligencia se han convertido en el procedimiento por excelencia para la
medición de la discrepancia entre aptitud y rendimiento lo cual aparece como
elemento medular del concepto de dificultades en el aprendizaje. Esto parece
ignorar las críticas que se han hecho a estos procedimientos que, en gran
medida, ignoran dominios importantes de la cognición. Son muchos los autores
que han discutido la validez de la inclusión del concepto de inteligencia en la
definición de dificultades en el aprendizaje.
En particular, Siegel (1989), planteó y argumentó que la inclusión
del CI es irrelevante en la definición de dificultades en el aprendizaje. La
posición de Siegel no es universalmente aceptada. Para algunos autores, aún
cuando la inteligencia no debe ser considerada como el concepto central en las
dificultades en el aprendizaje, debe ser incluida como un criterio más entre
otros que se exigen en la definición. (Reynolds, 1985).
Otros autores han planteado que los límites del CI, asociado a las
dificultades en el aprendizaje, debían ampliarse. (Cruickshank, 1972, Cole,
1987). Para Cole (1987), por ejemplo, la inclusión del CI en el diagnóstico de
las dificultades en el aprendizaje encubre prácticas discriminatorias que se
eliminarían si se ampliaran los límites del CI.
Con relación a este criterio que se
resume como rendimiento por debajo de la norma y que se trata en algunas
definiciones como diferencias en las habilidades intraindividuales y en otras
como discrepancias entre habilidades y logro, a partir de la medición del CI,
queremos expresar lo siguiente:
- en nuestra práctica profesional ha sido muy difícil
encontrar sujetos en los que se presenten grandes discrepancias entre unas y
otras habilidades, o en unas u otras materias escolares, tales como el cálculo
y la lectura, el cálculo y la escritura y la lectura. Aunque es enteramente
cierto que en muchos casos se observan discrepancias relativas entre el
rendimiento en una y otra materia escolar, no nos parece suficiente como para
que esto se a incluido como criterio relevante en la definición de dificultades
en el aprendizaje.
- en nuestra práctica hemos encontrado con más
frecuencia lo que hemos llamado desbalances intraindividuales temporales, a los
cuales hemos hecho referencia ya en este trabajo, y que exigen estudios que lo
fundamenten.
- los llamados desbalances del desarrollo debían ser
mejor definidos y referidos a alguna teoría del desarrollo, más que a
diferencias de rendimiento entre materias escolares.
- los desbalances en el desarrollo y las discrepancias
entre habilidad y logro son aspectos diferentes que exigen una diferenciación
tanto en el plano conceptual como en el plano operacional de la evaluación y el
diagnóstico.
- la discrepancia entre habilidad
y logro no debe ser considerada como una discrepancia entre el CI, como
expresión de la capacidad intelectual, y el logro específico en pruebas que
evalúan el nivel en el cálculo o en la lectura. No creemos que esta forma de
evaluar las discrepancias se ajuste a los planteamientos de los que crearon la
categoría de dificultades en el aprendizaje.
- la discrepancia entre el nivel
de realización actual (lo que el niño capaz de hacer por sí solo) y el nivel de
realización potencial (lo que es capaz de hacer con ayuda), constituye una
expresión más adecuada de lo que se trata de captar con el elemento conceptual
<>.
- las pruebas tradicionales de inteligencia no evalúan
potencialidades, más bien ellas evalúan el nivel intelectual actual, es decir,
el nivel que un sujeto ha alcanzado en el momento de realización de la prueba.
Además, estas pruebas no logran cubrir todos los procesos cognitivos que se
incluyen en el aprendizaje y que pudieran estar en la base de las dificultades
que los sujetos experimentan en la adquisición de las materias escolares.
Aquí se pone de manifiesto, una vez
más, la ausencia de una teoría que permita incluir estos aspectos contexto
coherente.
·
Plano neurológico. En este plano
incluimos las disfunciones del SNC como causa de las dificultades en el
aprendizaje.
De las 11 definiciones propuestas
por Hammill (1990), 7 de ellas aluden a las disfunciones del SNC como causa de
las dificultades en el aprendizaje, mientras que, en el resto de las
definiciones no se mencionan causas posibles de las dificultades en el
aprendizaje. Una buena definición de las dificultades en el aprendizaje debe
incluir la etiología.
Con relación a la inclusión en la definición de dificultades en el
aprendizaje de las disfunciones del SNc como causa de las dificultades en el
aprendizaje queremos plantear los siguiente:
- este aspecto se encuentra en un plano hipotético, en
la mayoría de los sujetos diagnosticados no pasa de ser una suposición que se
infiere a partir de antecedentes patológicos pre, peri y postnales. Otras
inferencias suelen hacerse a partir de pruebas psicológicas como el Test
Gestáltico Viso-Motor de Bender o de alguna otra forma de grafismo infantil.
- los estudios más comunes que tratan de evaluar
directamente las disfunciones del SNC utilizan el registro de la actividad
eléctrica cerebral. En estas investigaciones se reportan desorganizaciones en
la actividad de base y anomalías en el trazado, en muchos casos de carácter
paroxístico.
- aunque el porciento de sujetos
que presenta actividad eléctrica anómala es elevado, esto no resulta un criterio
suficiente como para responsabilizar al SNC de las dificultades que en el
aprendizaje pudieran presentar estos sujetos. El esclarecimiento de las
relaciones causales exige algo más. Para llegar a conclusiones es necesario
diseñar estudios en los caules los déficits en el aprendizaje, o en su defecto,
los déficits cognitivos se sucedan o coexistan en el tiempo con las
disfunciones del SNC. Los diseños experimentales deben ser lo suficientemente
limpios para que no se pueda atribuir los déficits cognitivos o del aprendizaje
a otras causas que no sean a las del funcionamiento anómalo del SNC.
En el Laboratorio de Dificultades en el Aprendizaje de La Escuela
Proyecto 2000 <> se realizan estudios acerca del
papel que juegan las disfunciones del SNC en los déficits cognoscitivos y, de
hecho, en las dificultades en el aprendizaje. Actualmente se estudian los
llamados <> (TCI). Con el
estudio de los TCI se trata de demostrar una relación directa entre la actividad
anómala del SNC y los déficits cognoscitivos. (Alvarez, Pérez, Morenza, 1992;
Morgade, Alvarez, González, 1993).
Delimitación o no de la edad
en la que pueden considerarse las dificultades en el aprendizaje.
Este elemento conceptual de las definiciones más relevantes de
dificultades en el aprendizaje no tiene el mismo nivel de significación que los
otros elementos que hemos tratado ya en este trabajo. Los elementos que hemos
considerado hasta aquí se ubican en los planos pedagógico, psicológico o neurológico.
La consideración de la edad escapa en el presente al una definición científica
de las dificultades en el aprendizaje y parece responder ante todo a una
definición que un plano jurídico favorezca a las personas de cualquier edad y
las haga beneficiarias de algún tipo de protección.
Debía subrayarse en las definiciones las consecuencias de las
dificultades del aprendizaje, que sí pueden aparecer en cualquier edad e
incluso acompañar al individuo durante toda su vida. Por ejemplo, la definición
de la Asociación Americana de Dificultades en el Aprendizaje plantea que las
dificultades específicas en el aprendizaje es una condición crónica de origen
presumiblemente neurológico que interfiere selectivamente el desarrollo, la
integración y la demostración de habilidades verbales o no verbales. A lo largo
de la vida esta condición puede afectar la autoestima, la educación, la
vocación, la socialización o las actividades de la vida diaria.
La consideración de las dificultades del aprendizaje como una condición
crónica alude a la presencia de estas dificultades durante toda la vida, pero
en la propia definición se subrayan más bien las consecuencias que aparecen
como producto de las dificultades en el aprendizaje.
En este punto se siente nuevamente
la falta de consideraciones teóricas en este caso vinculadas al aprendizaje
como ya hemos señalado a propósito del análisis del plano psicológico. Tal vez
la limitación de las dificultades del aprendizaje al ámbito escolar ayude a una
definición más precisa. Tal vez una teoría coherente del aprendizaje permita
delimitar con mayor claridad de qué tipo de aprendizaje se trata y como éste se
da a lo largo de toda vida. En el Laboratorio de Dificultades en el Aprendizaje
de La Escuela Proyecto 2000 <> se trabaja la
caracterización de los niños que presentan dificultades en el aprendizaje.
·
Relaciones de las dificultades en el aprendizaje con otras
discapacidades.
Este elemento conceptual referido a la coexistência de las
dificultades en el aprendizaje con otras discapacidades no está vinculado
específicamente a los planos pedagógico, psicológico o neurológico que hemos
utilizado en nuestro análisis.
Con respecto a este elemento en las definiciones se plantean
variantes diferentes. Algunas definiciones establecen con precisión que se
excluye la posibilidade de que las dificultades en el aprendizaje coexistan con
otras discapacidades. En otras definiciones se plantea que las dificultades en
el aprendizaje pueden coexistir con otras discapacidades. Por ejemplo, las
dificultades en el aprendizaje pueden coexistir con el retraso mental o con los
trastornos emocionales o con las discapacidades sensoriales. En esta última
variante se suele hacer referencia a problemas primarios y secundarios. Por
ejemplo, las dificultades del aprendizaje asociadas a las discapacidades
sensoriales serían consideradas secundarias, con respecto a los problemas
primarios asociados directamente a la ceguera o a la sordera. En otras
definiciones no se menciona nada acerca de las relaciones que pudieran tener
las dificultades del aprendizaje con otras discapacidades.
El panorama que se nos ofrece es bastante complejo. Después de 30
años no existe una definición que satisfaga a los especialistas, y más aún, no
existe una definición que tome en cuenta los logros de las disciplinas
involucradas en el diagnóstico y la atención de las personas que presentan
dificultades en el aprendizaje. El problema de la definición parece estancado.
Por un lado, la tendencia es agregar nuevas dificultades específicas del
aprendizaje, sin analizar a fondo la propia naturaleza de los procesos que
sirven de base al aprendizaje, o que de alguna manera conducen a que existan
dificultades en el aprendizaje. Por otro lado, la incapacidad para distinguir
entre lo psicológico, lo pedagógico y lo neurológico, y al mismo tiempo la
confusión entre aspectos psicológicos conductuales externos y aspectos
psicológicos internos parece que obstaculiza la búsqueda de soluciones al
problema de la definición de las dificultades en el aprendizaje, y contrubuyen
al estancamiento que a nuestro juicio caracteriza este problema.
Otros problemas se relacionan con
la naturaleza misma del problema que nos ocupa.
3.- Algunas ideas acerca de cómo plantear el problema de la definición.
Por muchas razones las definiciones son necesarias. Ellas son
indispensables en la formulación de teorías o hipótesis pertinentes, en el
diagnóstico y la remediación.
Hammill (1990), plantea que es difícil comprender cómo un
especialista puede detectar con éxito las dificultades en el aprendizaje o
diagnosticar, tratar, enseñar o mejorar la calidad de la vida de una persona
con dificultades en el aprendizaje si no tiene una idea clara y precisa de la
naturaleza de las dificultades en el aprendizaje.
En el caso de las dificultades en el aprendizaje creo que los
especialistas hemos trabajado y aún hoy seguimos trabajando con ideas no muy
claras y poco precisas acerca de la naturaleza de las dificultades en el
aprendizaje.
La categoría dificultades en el
aprendizaje parece comportarse como una categoría natural (Rosch, 1977), de ahí
las dificultades que afrontamos en la definición.
De acurdo con Rosch (1977):
- los miembros o ejemplares de una categoría no
comparten un conjunto invariable de atributos. En este sentido no todas las
dificultades llamadas específicas tienen los mismos atributos y no todas las
personas que presentan dificultades en el aprendizaje tienen las mismas
características.
- los miembros de una categoría no
son equivalentes, algunos son mas representativos que otros o típicos que
otros. Los menos representativos ocupan una posición marginal en la estructura
de la categoría. Algunas de las dificultades específicas de aprendizaje son más
representativas que otras. Del mismo modo, algunas personas clasificadas como
dificultades en el aprendizaje son más representativas de la categoría que
otras. No pocos autores han hecho referencia a la heterogeneidad de los sujetos
que se incluyen en esta categoría.
- las categorías naturales tienden a ser difusas, poco
delimitadas. De ahí las dificultades que se presentan en la consideración de
hasta dónde se debe o no ampliar la categoría dificultades en el aprendizaje o
hasta dónde o no las dificultades en el
aprendizaje pueden coexistir con otras discapacidades.
- las categorías tienen diferentes grados de
abstracción e inclusividad que se relacionan entre sí formando sistemas
jerárquicos. En este sentido discapacidad es un nivel mas abstracto e inclusivo
que dificultades en el aprendizaje de la lectura.
Creo que estas ideas pueden servir para comprender por qué en lo
tocante a la definición existe este estado de confusión en el área de las
dificultades en el aprendizaje.
Si aceptamos esto, entonces es mejor hablar de atributos o rasgos o
características de la categoría, mas que de definiciones.
De acuerdo con las reflexiones
anteriores, en el Laboratorio de Dificultades de Aprendizaje de la Escuela
Proyecto 2000 <> trabajamos con una
caracterización de los niños que presentan dificultades en el aprendizaje, en
la que definimos algunos rasgos fundamentales:
-
incapacidad para seguir el
ritmo de los estudios que plantea la escuela regular.
-
insuficiente desarrollo de los
procesos cognoscitivos.
-
inmadurez en la esfera
afectiva.
-
disfunciones del sistema nervioso
central.
-
condiciones desfavorables de
vida y educación
-
capacidad potencial de
aprendizaje que los acerca a los niños que aprenden sin dificultad y los separa
de los retrasados mentales.
De estas características las que pudieran estar encadenadas en una
relación de causa a efecto son las siguientes:
-
incapacidad para seguir el
ritmo de los estudios que plantea la escuela regular.
-
insuficiente desarrollo de los
procesos cognoscitivos.
-
disfunciones del sistema
nervioso central.
-
Condiciones desfavorables de
vida y educación.
En efecto, la imposibilidad de seguir el ritmo en el aprendizaje que
plantea la escuela regular pudiera considerarse el producto de un insuficiente
desarrollo de los procesos cognoscitivos. En esta caracterización las
insuficiencias en los procesos cognoscitivos se toman como causa del fracaso
escolar. A su vez, los déficits en la esfera cognoscitiva son el producto de disfunciones
del sistema nervioso central o una consecuencia de condiciones adversas
de vida y educación.
La inmadurez en la esfera afectiva o los posibles trastornos
emocionales que suelen exhibir estos niños son secundarios con respecto a los
déficits intelectuales. Los trastornos emocionales o conducta que presentan
estos niños son el producto y no la causa de las dificultades en el
aprendizaje.
La capacidad potencial de aprendizaje es un rasgo obligado en la
caracterización que proponemos. En esta caracterización de los niños que
presentan dificultades en el aprendizaje es necesario referir los déficits,
pero también es imprescindible apuntar las potencialidades.
El desarrollo actual de las disciplinas científicas que tienen que
ver con la caracterización, el diagnóstico y la atención de los niños que
presentan dificultades en el aprendizaje permite avanzar en la consideración de
los mismos.
En gran medida, la comprensión de las dificultades en el aprendizaje
depende de la consideración de la relación existente entre el rendimiento
escolar y el insuficiente desarrollo de los procesos cognoscitivos, sería
deseable que en este campo se incluyeran los avances de la Psicología Cognitiva
Contemporánea.
Las corrientes mas importantes de la Psicología Cognitiva
Contemporánea a tener en cuenta son: la Escuela Histórico-Cultural de Vigotsky,
la Escuela de Psicología Genética de Piaget y el Paradigma del Procesamiento de
la Información.
El Paradigma del Procesamiento de la Información subraya la
semejanza que existe entre los programas de una computadora y los procesos
cognoscitivos. En este contexto la cognición humana es estudiada en términos de
procesos por medio de los cuales las entradas sensoriales son transformadas,
reducidas, elaboradas, almacenadas, recuperadas, usadas, etc. (Neisser, 1967).
En la medida en que este paradigma considera que los procesos
cognoscitivos son etapas del procesamiento de la información provee al
psicólogo de herramientas conceptuales que le permiten luchar contra el
fraccionamiento de los procesos cognoscitivos que dominó en concepciones de la
psicología clásica.
El Paradigma del Procesamiento de la Información permite un análisis
mas integral de los procesos cognoscitivos, lo que de hecho resultaría muy útil
en la comprensión de los procesos básicos que condicionan un aprendizaje
deficiente de las materias escolares en los niños con dificultades en el
aprendizaje. Este paradigma permite plantear un modelo más sistémico de los
déficits cognoscitivos. Por ejemplo, si tomamos en cuenta los llamados niveles
de procesamiento y consideramos los niveles superficiales y profundos, se
pudieran presentar los déficits cognoscitivos de acuerdo con los mismos. En el
nivel superficial incluiríamos la percepción, la atención y en los niveles
profundos la memoria, el pensamiento y el lenguaje. En este último nivel
pudiéramos utilizar conceptos integradores como el de memoria, el pensamiento,
y el lenguaje. Esto brindaría un panorama mucho más estructurado de los
déficits en los procesos cognoscitivos, que aquél que proporciona la
consideración de cada proceso tomado de forma aislada. Esto, por supuesto, es
solo un ejemplo de lo que pudiera hacerse a partir del Paradigma de
Procesamiento de la Información. Los hallazgos fundamentales de este modelo
pudieran servir para distinguir mejor entre manifestaciones conductuales
observables y procesos mentales internos.
La inclusión de las tesis fundamentales de la Escuela de Piaget nos
permitiría comprender mejor el desarrollo intelectual del niño con dificultades
en el aprendizaje y, sobre todo, penetrar en el proceso de construcción del
conocimiento en estos niños.
La tesis de la Escuela Histórico-Cultural resultan muy útiles en la
comprensión de la capacidad potencial de desarrollo y el papel de las
condiciones adversas de vida y educación como causas de los déficits en los
procesos cognoscitivos de los niños con dificultades en el aprendizaje.
Como señalara Vigotsky las funciones psicológicas superiores se
originan en las relaciones sociales, entendidas estas últimas como el proceso
de comunicación entre las personas. El conocimiento antes de existir como
propio existe como conocimiento compartido entre personas.
La consideración del origen social de las funciones psicológicas
superiores conduce al planteamiento de la estructura mediatizada de estas
funciones. (Vigotsky, 1965). La relación del niño con los objetos de conocimiento
está mediatizada por las relaciones que éste establece con los adultos o con
otros niños y sólo después esta relación está mediatizada por los conocimientos
propios, por las representaciones mentales que se estructuran y reestructuran
durante el proceso de apropiación de la cultura.
Como bien señalan muchos psicólogos evolutivos, cada vez menos se
considera al niño como un investigador solitario en interacción con los objetos
del conocimiento.
El origen social y la estructura mediatizada de las funciones
psicológicas superiores condujo a Vigotsky a plantear la Ley Genética
Fundamental del Desarrollo: toda función psicológica existe al menos dos veces,
primero en el plano de las relaciones entre personas para luego aparecer en el
plano psicológico, puramente individual. Esta ley permitió a Vigotsky formular
la noción de zona de desarrollo próximo.
La zona de desarrollo próximo es la distancia entre el plano de las
relaciones entre las personas y el plano psicológico individual, es decir, la
distancia que media entre lo que el niño puede hacer con ayuda y lo que puede
hacer por sí mismo, sin ayuda de otro. Esta noción tiene una importancia muy
grande para la caracterización, el diagnóstico y el tratamiento de los niños
que presentan dificultades en el aprendizaje. Con relación al diagnóstico es
importante no solamente evaluar la capacidad que el niño tiene para resolver de
modo independiente las tareas intelectuales que se le plantean, sino también
evaluar, la capacidad que tiene para resolver tareas intelectuales cuando se le
brindan diferentes niveles de ayuda.
Con relación al aprendizaje también resulta importante diferenciar
entre lo que el niño es capaz de hacer por sí solo y lo que es capaz de hacer
con ayuda. La zona de desarrollo próximo establece los límites del aprendizaje,
el cual no puede ocurrir por debajo de lo que el niño ya sabe, ni por encima de
lo que puede hacer con ayuda.
Estas teorías pudieran contribuir a mejorar el cuadro conceptual de
la categoría dificultades en el aprendizaje y propiciar una revitalización es
este campo de trabajo, tan importante de la Educación Especial.
La utilización de los hallazgos de
las Neurociencias Cognitivas y la introducción de tecnologías de avanzada en el
diagnóstico y la atención de estos niños también, puede contribuir a dinamizar
el campo de investigación y práctica profesional interdisciplinaria que
constituyen las dificultades el aprendizaje.
Diseño
y utilización de ayudas.
Una
necesidad en la educación de los niños con dificultades intelectuales
1.- A modo de introducción. Mejor caracterizar que definir.
Durante más de 30 años muchos especialistas involucrados en la
detección, evaluación, diagnóstico y atención de los niños que requieren
enseñanza especializada han tratado de definir la categoría dificultades en el
aprendizaje.
La aparición de diferentes
definiciones lejos de despejar este campo de estudio, experimentación y
práctica profesional de médicos, psicólogos y docentes ha creado una gran
confusión y conducido a un estancamiento que, a nuestro juicio, no favorece el
desarrollo de esta área tan importante de la Educación Especial.
La confusión reinante en este campo se debe a que la categoría
dificultades en el aprendizaje se comporta, todavía hoy, como una categoría
natural (Rosch, 1973). Esto conduce a:
·
La ausencia de límites claros
en la categoría y a la agregación de nuevas dificultades específicas del
aprendizaje, sin analizar a fondo la propia naturaleza del proceso de
aprendizaje.
·
La ausencia de distinción entre
los planos pedagógico, psicológico y neurológico presentes en las diferentes
definiciones. En este contexto el plano psicológico se presenta con un alto
nivel de complejidad, ya que en él se incluyen los procesos psicológicos como
causa, como efecto y en su relación con el rendimiento en tareas escolares.
Además se observa la falta de diferenciación entre los aspectos psicológicos
conductuales y los aspectos psicológicos internos.
·
La negación, en la mayoría de
los casos, de las condiciones adversas de vida y educación como causa de las
dificultades en el aprendizaje, lo que impide penetrar en la naturaleza social
del proceso de aprendizaje.
Dado el estado de desarrollo del
conocimiento, es mejor caracterizar que definir. La caracterización se atempera
mejor a la naturaleza del problema que nos ocupa. En este caso delimitar rasgos
o atributos puede ayudarnos a formular teorías o hipótesis que contribuyan a
mejorar nuestras prácticas en el diagnóstico y la remediación de las
dificultades en el aprendizaje.
2.- Los aportes de la psicología cognitiva contemporánea. Bases para el
diseño y utilización de ayudas.
En nuestro trabajo con niños que presentan dificultades
intelectuales hemos diseñado y aplicado estrategias de intervención a partir de
las tesis más relevantes de la Escuela Histórico Cultural de Vigotsky, de la
Escuela Psicogenética de Piaget y del Paradigma del Procesamiento de la
Información, que constituyen en la actualidad las corrientes fundamentales de
la Psicología Cognitiva Contemporánea.
Las tesis de Vigotsky son el núcleo teórico de nuestro trabajo.
Consideramos que estas tesis nos permiten organizar en un cuadro teórico
coherente las hipótesis y los hallazgos experimentales de las otras corrientes
de la Psicología Cognitiva Contemporánea.
Vigotsky planteó que el desarrollo no existe al margen del
aprendizaje, concebido este último como un proceso social, necesario y
universal en el desarrollo de las funciones mentales específicamente humanas.
Esta concepción de Vigotsky acerca del aprendizaje y las relaciones
de éste con el desarrollo tiene sus antecedentes en las tesis que este autor
formulara con respecto al origen social y la estructura mediatizada de las
funciones mentales superiores.
Vigotsky consideró que las funciones mentales superiores son
sociales por su origen: la dimensión social de la conciencia es
primigenia en tiempo y hecho, mientras que la dimensión individual de la
conciencia es derivada y secundaria. (Vigotsky, 1979). De acuerdo con esta
tesis la conciencia individual tiene su origen en las interacciones
sociales que el niño establece con las personas que le rodean. Vigotsky se
refiere fundamentalmente a las relaciones que se establecen en los grupos
pequeños, en los cuales las personas interactúan cara a cara. A pesar de que
Vigotsky estudió las interacciones en los grupos pequeños y limitó sus
observaciones a las relaciones diádicas, sentó las bases para la comprensión
del papel que juegan los fenómenos sociales más generales, que Wertsch (1988)
llamó fenómenos sociales institucionales, en la construcción de la conciencia
individual.
La tesis acerca del origen social de las funciones mentales
superiores condujo a Vigotsky a formular otras tesis esencial: las funciones
mentales superiores tienen una estructura mediatizada, porque en su formación
intervienen las relaciones con los otros, mediatizadas porque ellas incluyen la
utilización de instrumentos que actúan como mediadores. La noción de mediadores
en Vigotsky es bastante compleja y comprende tanto los mediadores externos como
internos. El lenguaje, los esquemas, los diagramas, las redes, todo tipo de
signos convencionales son mediadores, que actúan como moduladores de la
conducta.
La consideración del origen social y la estructura mediatizada de
las funciones mentales superiores condujeron a Vigotsky (1979) a plantear la ley
genética fundamental del desarrollo: toda función psicológica existe al
menos dos veces, primero en el plano de las relaciones entre las personas
(plano interpsicológico) y solamente después existe en plano individual (intrapsicológico).
A partir de esta ley, Vigotsky formuló el concepto de zona de
desarrollo próximo como la distancia que media entre el plano de las
interacciones sociales y el plano de la conciencia individual. Esto puede ser
expresado en términos de la distancia que media entre lo que el niño es capaz
de hacer con ayuda de los demás en el plano de la comunicación y lo que puede
hacer solo, por sí mismo, como producto del desarrollo alcanzado. La zona de
desarrollo próximo es el espacio en el que tiene lugar el aprendizaje. No hay
aprendizaje fuera de los límites de la zona de desarrollo próximo. Vigotsky
dejó sentado claramente que para que un aprendizaje se produzca tiene que
existir un conocimiento anterior que le sirva de soporte al nuevo conocimiento,
(capacidades o competencias que el sujeto exhibe y que caracterizan el
desarrollo alcanzado en un momento determinado), pero, al mismo tiempo,
subrayó, que este proceso no se produce al margen de las interacciones
sociales, muy por el contrario, se produce en el proceso de interacción, en el
cual el sujeto que aprende es guiado por otro en la construcción del nuevo
conocimiento.
La noción de zona de desarrollo revela la naturaleza social del
desarrollo y del aprendizaje. La concepción de Vigotsky acerca del aprendizaje
puso en tela de juicio las tendencias dominantes en el estudio de las
relaciones entre aprendizaje y desarrollo. Estas tendencias, que siguen
vigentes en nuestros días, identifican aprendizaje y desarrollo (conductismo) o
lo consideran procesos independientes (Piaget), o son procesos que interactúan
en la medida en que se considera que la maduración abre el camino al
aprendizaje. Vigostsky rechaza estas tres posiciones y propone una relación en
la cual el aprendizaje general el desarrollo. El aprendizaje es una actividad
social por naturaleza y el desarrollo individual depende del movimiento del
plano interpsicológico al plano intrapsicológico. Aún cuando, la concepción de
desarrollo no queda muy clara, la tesis de Vigotsky (1966) acerca de la zona de
desarrollo próximo y de las relaciones entre aprendizaje y desarrollo
constituyen un arma muy poderosa en manos de los educadores.
En esta concepción el niño no aprende solo sino que aprende con la
ayuda del otro y, su aprendizaje consiste en el dominio de los instrumentos
mediadores, básicamente los intrumentos creados por la cultura. Su aprendizaje
discurre entre los límites del plano interpsicológico, caracterizado por las
interacciones con otras personas, y los límites que impone el plano interno o intrapsicológico.
El conocimiento que se construye en la interacción se interioriza en
conocimiento propio.
Estas tesis que hemos esbozado nos permiten concebir la educación,
la enseñanza, como un proceso de modelación de las interacciones que han de
tener lugar entre el niño y sus padres, entre el niño y los adultos con el
objetivo de propiciar el desarrollo individual y de hecho produzir el
conocimiento. En la modelación de las interacciones hemos de tener en cuenta el
carácter de los mediadores que utilizamos.
Estas ideas de Vigotsky son aplicables a la educación en general. El
diseño de estrategias de intervención adecuadas a la zona de desarrollo próximo
de los aprendices, que utilizan los mediadores apropiados de acuerdo a la
naturaleza del conocimiento que se construye, no es exclusiva de la Educación
Especial o de los servicios educativos especializados, es una necesidad de la
educación si se pretende que ésta sea una educación personalizada. Es por eso
que mucho me agrada poder participar en este simposium, no hay educación que no
sea educación especial, es decir, especialmente diseñada de acuerdo a las
necesidades de cada educando, en consonancia con la zona de desarrollo próximo
de cada cual. Es por esto que esta ponencia debía tener por título: Diseño y
utilización de ayudas ¿Una necesidad de los niños con deficiencias
intelectuales?.
Estas ideas de Vigotsky resultan necesarias en el diseño y realización de estrategias de aprendizaje
con todos los niños, pero en el caso de los niños con deficiencias intelectuales
resultan más que necesarias. Estos últimos no pueden realizar con éxito su vida
escolar si no se diseñan y aplican las ayudas de modo consciente y estructurado por parte de los maestros. En
este contexto la intervención puede ser entendida como remediación:
re-modelación de las interacciones y concientización por parte del maestro de
su papel mediador en el aprendizaje del niño y re-diseño de los instrumentos
mediadores.
Los niños con
deficiencias intelectuales más que otros necesitan que se les ayude en la
construcción del plano intrapsicológico. Estos niños necesitan que los maestros
reestructuren las interacciones que han de tener lugar durante el proceso de
enseñanza – aprendizaje y re-diseñen los mediadores que han de ser utilizados
como elementos indispensables en el aprendizaje.
Estas ideas no expresan una contradicción antagónica con respecto a
algunas de las tesis fundamentales de la Escuela de Ginebra.
Si bien, podemos afirmar que las ideas de Vigotsky acerca del papel
del otro en el proceso de aprendizaje son definitorias en su concepción y se
oponen a la consideración de que el niño aprende solo, como un investigador que
en solitario se enfrenta al mundo y lo logra dominar por el conocimiento, no es
menos cierto, que la Escuela de Piaget ha hecho aportes que nos obligan a
asumir una posición constructivista con relación al desarrollo y de hecho con
relación al aprendizaje.
En este sentido consideramos que en efecto hay modelación y
construcción de los planos inter e intra psicológicos (construcción de lo real
y del propio sujeto). En este proceso el sujeto del aprendizaje no asimila de
modo pasivo los mediadores propios de un contexto histórico-cultural sino que
los mediadores se re-descubren, se
re-inventan a cada paso en ese esfuerzo permanente del ser humano racional de
adaptarse y transformar su entorno. En este esfuerzo adaptativo y transformador
ningún ser humano está solo, lo acompañan sus semejantes más cercanos y lo acompañan los logros materiales y
espirituales de la cultura en los cuales se hallan cristalizados el
conocimiento y las formas de operar con él.
El constructivismo genético es integrable a las tesis fundamentales
de la Escuela Histórico-Cultural.
El plano intrapsicológico pudiera caracterizarse también como plano de
las representaciones mentales.
El paradigma del Procesamiento de la Información puede contribuir a
la comprensión del contenido del plano intrapsicológico, como plano en el cual
se procesan símbolos internos que representan la realidad percibida, la experiencia,
las acciones. El hombre posee la capacidad de crear, manipular, y procesar
símbolos abstractos. Esto proporciona una base para el problema de la
representación y por consiguiente del procesamiento, pues tal presupuesto
implica que los procesos cognoscitivos operan por medio de la manipulación,
transformación, y combinación de símbolos internos que representan,
experiencias, percepciones y acciones (Norman, 1987). Estos símbolos abstractos
actúan como mediadores internos que regulan y controlan la conducta
inteligente.
La Psicología del Procesamiento de la I nformación es una psicología
del plano interno y haber postulado la existencia en la memoria de
representaciones mentales es su aportación más relevante, que enriquece las
tesis de la Escuela Histórico-Cultural.
En el contexto de la Psicología del Processamiento de la Información
tres direcciones fundamentales caracterizan los estudios de las
representaciones mentales: los formatos de las representaciones, los tipos de
conocimientos que se representan y los modos de organización que alcanzan los
conocimientos que se almacenan en la memoria.
Se hipotetiza que son de tres tipos los formatos o códigos de
simbolización: el formato de las imágenes mentales, el foramto verbal o
linguistico y el formato proposicional o abstracto. El formato de la imagen
posee una analogía estructural con la imagen perceptual, ya que simboliza la
información en situaciones en las cuales la solución del problema planteado
exige de una evocación visual. El formato verbal se corresponde con las
palabras, las frases, y los textos que el individuo utiliza en su lenguaje,
mientras que, el formato proposicional se corresponde con una representación de
la información, que puede ser formalizada de acuerdo con la lógica de predicados.
En cuanto a los tipos de conocimientos representados en la memoria
se supone coexisten el conocimiento declarativo y el conocimiento
procedimental. El conocimiento declarativo conciernen a los conceptos, tiene un
carácter consciente, es comunicable y puede ser recodificado en forma de imagen
o en forma verbal. Los conocimientos declarativos representan acciones y no so
comunicables.
Los modos de organización se refieren a la articulación,
integración, y compactación de los conocimientos elementales en entidades
simbólicas más complejas. Se trata del estudio de las estructuras de
conocimiento.
Los modos principales de organización del conocimiento son: las
estructuras de lista y las redes semánticas, los sistemas de producción
(adaptados para formalizar los conocimientos procedimentales); y un tercer modo
de organización, en el que pueden incluirse los esquemas y los prototipos.
En el trabajo que nos ocupa la importancia de los modos de
organización del conocimiento estriba en que ellos han sido considerados como
indicadores del desarrollo intelectual y han sido estudiados en las poblaciones
con deficiencias intelectuales.
Algunas tendencias actuales de la Psicología del Desarrollo
consideran que el desarrollo cognitivo depende en gran medida de los cambios que
ocurren en el conocimiento. Cada vez se plantea con más fuerza que en la medida
en que se adquieren nuevos conocimientos se producen modificaciones generales
en las capacidades de razonamiento y aprendizaje. La reestructuración
progresiva de las estructuras de conocimiento constituyen momentos importantes
en el desarrollo de las capacidades intelectuales, ya que estas estructuras
incluyen teorías y estrategias que posibilitan nuevas formas de pensar y
actuar. (Carey, 1985).
Toda nueva información que se almanece en la memoria se organiza de
una forma determinada, por lo tanto cualquier conocimiento que se incorpore
interactúa activamente con aquellos otros que caracterizan el estado actual del
sistema en un momento dado. El nuevo conocimiento aparece como reconstrución de
las estructuras de conocimiento ya existentes.
Un interés especial, para los especialistas que trabajan vinculados
a la educación de los niños con deficiencias intelectuales, presentan los
trabajos en los cuales las competencias cognoscitivas se vinculan con el grado
de estructuración del conocimiento en la memoria. Los resultados de estos
estudios ponen de manifiesto la interrelación que existe entre la competencia
en la resolución de tareas complejas y la forma en que está estructurado el
conocimiento sobre determinados tópicos. (Estes, 1987).
Las propias estrategias de acceso, búsqueda y recuperación de la
información almacenada dependen, en mucho, de la organización de la
representación del sistema de conocimientos, que condiciona parámetros como la
velocidad, la eficiencia y el gasto cognitivo.
Por otra parte, se enfatiza la importancia de la amplitud o
extensión de dichas estructuras de conocimiento, que expresa la riqueza
experiencial del sujeto. Aunque por sí misma la cantidad de información
almacenada en la memoria no garantiza un alto rendimiento intelectual, se
reconoce que una fuente de información suficientemente amplia facilitaría el
acceso a otras funtes, la comunicación entre una y otra estructura de
conocimiento, lo que garantizaría un rendimiento mayor. (Campione, Brown,
Ferrara, 1986).
Aunque no es el único aspecto a
considerar, el nivel de estructuración del conocimiento parece diferenciar a
los niños “normales” de los niños con dificultades intelectuales (Campione,
Brown, Ferrara, 1986).
La insuficiente estructuración del conocimiento incide en las
dificultades que experimentan los niños con dificultades intelectuales en la
adquisición del conocimiento. El círculo parece cerrarse si se tiene en cuenta
que las deficiencias en el conocimiento limitan la realización de nuevos
aprendizajes.
Las observaciones realizadas parecen apuntar hacia la importancia
del grado de estructuración del conocimiento con índice del desarrollo y como
condición previa para la adquisición de nuevos conocimientos.
Las aportaciones de la
Psicología del Procesamiento de la Información a la comprensión del plano
intrapsicológico nos permite plantear
con una nueva óptica el problema del diseño y utilización de ayudas. En resumen
podemos plantear lo siguiente.
-
Los formatos de las
representaciones nos pueden facilitar el diseño de los mediadores externos. Las
características de estos últimos deben responder al tipo de formato de las
representaciones que ellos sustituyen en el plano externo.
-
Los tipos de conocimientos
declarativos y procedimental están relacionados con las diferentes competencias
que exige el aprendizaje escolar y su esclarecimiento condicionan las ayudas y
los procedimientos a emplear en la construcción del nuevo aprendizaje. Estas
hipótesis pueden resultar muy útiles en el diseño de aquellas ayudas
encaminadas a revelar la naturaleza misma del objeto de aprendizaje.
-
La hipótesis acerca de la
organización del conocimiento nos permite diseñar las ayudas de acuerdo con el
conocimiento ya adquirido y con el nivel o grado de estructuración del
conocimiento al que se aspira y puede llegar un sujeto de acuerdo con la
amplitud de su zona de desarrollo próximo. Estas hipótesis pueden
materializarse en mediadores externos que faciliten la organización del
conocimiento. Además; la evaluación del nivel de estructuración del
conocimiento es una vía para la evaluación del plano intrapsicológico antes y
después de la utilización de ayudas.
Los procedimientos a utilizar en la organización del conocimiento en
el plano externo como paso previo a su organización en el plano interno deberán
tener en cuenta la importancia de la toma de conciencia acerca del carácter de
los mediadores utilizados.
En el trabajo de re-mediación que
hemos diseñado para los niños con deficiencias intelectuales hemos utilizado
los hipótesis del paradigma del procesamiento de la información acerca de la
estructuración del conocimiento como contenido fundamental del plano
intrapsicológico.
3.- Estudios acerca del nivel de organización de las estructuras de
conocimiento. Un paso previo en el diseño y utilización de ayudas.
En gran medida
el aprendizaje de nuevos conocimientos depende de la riqueza y grado de
estructuración del conocimiento previo ya estructurado en el plano de las
relaciones intrapsicológicas. Como ya hemos señalado, la evaluación del nivel
de estructuración del conocimiento es una vía para la evaluación del plano
intrapsicológico antes y después de la utilización de ayudas.
Una de las aproximaciones fundamentales al estudio de la
organización del conocimiento son los trabajos con prototipos. En este contexto
de destacan los trabajos de Rosch (1973, 1975) con las categorías naturales que
dieron lugar a la teoría del mejor exemplar.
El enfoque del mejor exemplar opera con categorías naturales, que se
diferencian de las categorías artificales en lo siguiente:
Los ejemplares de las categorías naturales se organizan por familias
de parecido y no por atributos criteriales. Es decir, los ejemplares no
comparten de manera universal ningún atributo, sino algunos miembros comparten
algunos atributos. (Wittgenstein, 1953, Rosch y Mervis, 1975).
Las categorías naturales no tienen límites precisos, mientras que
las categorías artificiales tienen límites muy precisos.
Los ejemplares de las categorías naturales no son equivalentes,
existen ejemplares típicos de la categoría mamíferos, mientras murciélago es un
ejemplar atípico de dicha categoría. El grado de tipicidad está relacionado con
el parecido familiar, es mayor en
aquellos miembros de la categoría que posean atributos que coincidan con los
atributos de los otros miembros (Rosch, 1973; Rosch y Mervis, 1975).
La característica más importante que presentan las categoría
naturales es que no son construcciones arbitrarias. Además, son utilizadas
comúnmente en la comunicación humana.
Las categorías naturales tienen diferente grado de generalidade e
inclusividad, generalmente se habla de tres niveles: supraordenado, básico y
subordenado (Rosch, 1975; Mervis, 1980; Mervis y rosch, 1981; Tversky y
Hemenway, 1984).
El nível supraordenado el el que posee un mayor nivel de abstracción
y generalidad, contiene poca información sobre sus miembros, ejemplos de este
nivel pueden ser muebles, animales o frutas.
El nivel básico tiene un grado intermedio de abstracción y
generalidad, posee información relevante sobre los miembros, y dicha
información no es redundante. Algunos autores reportan que este nivel es el
primero que se adquiere en la ontogénesis (Mervis, 1980; Mervis y rosch, 1981;
Mervis y Greco, 1984). Ejemplares representativos de este nivel son silla,
perro o naranja.
El nivel subordenado es el menos generalizador de los tres niveles y
tiene el mejor grado de abstracción, posee mucha información sobre los miembros
pero la información suele repetirse, silla de extensión, pastor alemán y
naranja dulce son ejemplares de este nivel.
Como paso previo al diseño de ayudas basadas en las hipótesis acerca
de la estructuración del conocimiento realizamos un conjunto de trabajos con el
objetivo de evaluar el estado de desarrollo de estas estructuras alcanzado por
los niños.
En nuestras investigaciones (Morenza et al. 1988, 1989, 1994) se
estudiaron 4 categorías naturales de nivel supraordenado: muebles, bebidas,
flores e instrumentos de medición en una muestra de 700 niños considerados como
niños sin dificultades para aprender y 180 niños con dificultades
intelectuales. Las mustras incluyeron niños entre 5 y 12 años de edad.
En nuestras investigaciones utilizamos un paradigma de producción,
similar al utilizado por Batting y Montage (1969). El investigador le decía al
niño el nombre de una de las cuatro categorías supraordenados seleccionadas, y
los niños debían generar todos los ejemplares que conocieran de dicha
categoría.
Los resultados más relevantes en estas
investigaciones fueron los siguientes:
-
Los tipos de ejemplares
diferentes que producen los niños sin dificultades son mayores que los que
producen los niños con dificultades intelectuales.
-
Los niños “normales” mayores
producen más ejemplares que los de menor edad índice que mostraría una mayor
organización de los ejemplares en categorías como producto del desarrollo. Los
niños con dificultades intelectuales producen menos ejemplares que los
“normales”.
-
Las rutas de acceso al
significado se diversifican como producto del desarrollo en los niños sin
dificultades, mientras que, en los niños que presentan dificultades en el
aprendizaje no se observa esta diversificación.
Las hipótesis que pudiera desprenderse de estos resultados son las
siguientes: los niños con disfunciones intelectuales poseen estructuras de
conocimiento más restringidas,más limitadas y con un grado de estructuración
menor que las estructuras de conocimiento que poseen los niños “anormales”.
Además, los niños con dificultades intelectuales son más rígidos en la
manipulación de sus estructuras de conocimiento que los ninos” normales” y
poseen estrategias menos eficaces en la recuperación de la información.
Estas hipótesis deben verificarse, ya que otras variables tales como
la velocidad en la recuperación de la información y la falta de estrategias de
control en los niños con deficiencias intelectuales pudieran ser responsables
de las diferencias observadas. (Campione, Brown, Ferrara, 1986).
Aprender supone una actualización adecuada de las bases de
conocimientos y una integración del conocimiento nuevo en una estructura
preexistente. Cuando el nuevo conocimiento no logra integrarse al conocimiento
previo las estructuras de conocimiento no se desarrollan de modo óptimo y la
recuperación de la información se ve seriamente comprometida y con ello se
compromete el aprendizaje.
Estas investigaciones son
aproximaciones al estudio del plano intrapsicológico a partir de la hipótesis
de la Psicología del Procesamiento de la Información acerca de los modos en los
cuales se organizan las representaciones en la memoria.
5.- Diseño y utilización de ayudas
encaminadas a enriquecer y organizar las estructuras de conocimiento en los
niños con dificultades intelectuales.
Para el desarrollo de las estructuras de conocimiento en niños con
dificultades intelectuales diseñamos ayudas que se presentaron en forma de
tareas-juegos (rompecabezas, sopa de letras, crucigramas, el juego de los
nombres, traigo un barco cargado de...). Las tareas seleccionadas gozan de gran
popularidad, po por su carácter de
“juegos de entretenimento”, entre los niños y los maestros cubanos, se pueden
realizar de modo individual, colectivo o participativo, y son aplicables a
diferentes edades. También, por su contenido y modo de realización debían
propiciar el desarrollo de las estructuras de conocimiento por agregación y por
estructuración (Hernández, 1994).
La agregación y la estructuración
son formas de aprendizaje de las estructuras de conocimiento propuestas por
Norman y Rumelhart. (Norman, 1985). De acuerdo con estos autores estas
categorías de aprendizaje se caracterizan del modo siguiente:
·
Agregación: es la adición de nuevos
conocimientos a las estructuras existentes. La estructura existe, pero se le
añaden nuevos datos. La agregación es la forma más común de aprendizaje.
·
Estructuración: es la formación de
nuevas estructuras conceptuales, o nuevas formas de concebir las cosas. Las
estructuras no bastan, debiendo formarse otras nuevas. La estructuración es
poco frecuente y habitualmente implica gran esfuerzo, si bien es la forma más
importante de aprendizaje.
Aunque la
agregación y la estructuración parecen referirse mas bien al desarrollo que al
aprendizaje, ros resultaron categorías muy útiles en nuestro trabajo de diseño
y utilización de ayudas.
Todas las tarea diseñadas presentan
tres momentos:
-
Un primer momento encaminado a
revelar el grado de desarrollo de la estructura de conocimiento.
-
Un segundo momento que se
realiza con el objetivo de enriquecer la estructura de conocimientos y en el
que se modela el aprendizaje por agregación.
-
Un tercer momento en el cual se
modelan las interacciones con el objetivo de producir nuevas
re-estructuraciones del conocimiento.
Como contenido de las estructuras de conocimiento utilizarmos las categorías
naturales.
Como mediadores externos utilizarmos las redes semánticas. De
acuerdo con las hipótesis que se formulan acerca de la estructuración del
conocimiento, en el contexto del Paradigma del Procesamiento de la Información,
las redes semáticas proporcionan un modo de representar las relaciones entre
los conceptos y los acontecimentos de un sistema de memoria y constituyen una
descripción adecuada de nuestro propio proceso de razonamiento.
El proceso de activación selectiva de las estructuras de
conocimiento, que se garantizan a lo largo de la implementación de las ayudas,
aseguran que se actualicen las estructuras de conocimiento ya existentes en el
plano intrapsicológico, las cuales pueden considerarse mediadores internos de
las tareas que se realizan.
A continuación presentamos, a modo
de ejemplo, una de las tareas utilizadas en nuestra investigación.
-
Nombre de la tarea: El juego de
los nombres.
·
Preparación: El coordinador debe preveer
los conceptos o categorías que serán utilizados en el desarrollo de la tarea.
Además es conveniente que se realice un estudio sobre el orden en que
participarán los sujetos, dejando para los momentos finales, aquellos
participantes que mayor desarrollo de las estructuras de conocimiento posean.
Los
participantes formarán un círculo según el orden de posición que el coordinador
les haya dado. Las posiciones pueden variar de uno a otro momento de la tarea.
Primer momento. Caracterizar el
estado de desarrollo de la categoría.
-
El coordinador explica que una
vez escuchada la consigna: “Vamos a jugar con nombres de... (se dice una de las
categorías previstas), el sujeto 1 deberá producir un ejemplo de la categoría
mencionada, el sujeto 2 deberá repetir el ejemplo anterior y producir un
ejemplo nuevo, el sujeto 3 repetirá los ejemplos anteriores y producirá otro
ejemplar, y así sucesivamente transcurrirá la tarea hasta llegar al último
sujeto.
-
El coordinador formará parte de
la caderna.
-
Se concluye este momento de la
tarea conversando sobre los ejemplares producidos
-
Ejemplo del desarrollo de la
tarea. Categoría animales.
-
Sujeto 1: perro.
-
Sujeto 2: perro, gato.
-
Sujeto 3: perro, gato, gorrión.
-
Sujeto 4: perro, gato, gorrión,
león.
Segundo momento. Facilitar la agregación de nuevos ejemplares.
En este los participantes en el
juego son guiados en la confección de la primera red semántica que incluye la
categoría trabajada y los ejemplares producidos en el primer momento.
|
Después de construida la primera
red se conversa sobre las características de los ejemplares producidos y el
coordinador guía a los niños en la producción de nuevos ejemplares que se
agregaran a la red.
Se agregaran a la red 1 nuevos ejemplares producidos por los niños
(red 2). El coordinador participa en la producción e introduce aquellos
ejemplares que contribuyan a enriquecer la red 2 y que obliguen a
re-estructurar el conocimiento.
Tercer momento. Facilitar la
estructuración y reestructuración del conocimiento de una categoría dada.
Ao concluir el desarrollo del segundo momento, se escriben a un lado
de pizarón la categoría trabajada y los ejemplares producidos. Se analizan los
ejemplos para reagrupar-los de acuerdo con el re-descubrimento de nuevas
categorías. Se reorganizan los ejemplares en una nueva red (3).
|
Las tareas diseñadas y los procedimientos utilizados son efectivos
en el desarrollo de las estructuras de conocimiento. Después de un curso de
trabajo con los niños con dificultades en el aprendizaje se alcanzaron
resultados que indican un crecimiento y reestructuración de las estructuras de
conocimiento. Las estructuras de conocimiento de los niños con deficiencias
intelectuales no sólo se habían desarrollado con respecto a la evaluación
inicial de las mismas antes de comenzar la aplicación de las ayudas, sino que
en muchos casos fueron superiores a las de muchos niños de la misma edad, que
se consideran presentan un desarrollo intelectual “normal” y aprenden sin
dificultad.
El trabajo realizado muestra que
las hipótesis más avanzadas de la Psicología Cognitiva contemporánea pueden ser
aplicadas con éxito en el aprendizaje de los niños con deficiencias
intelectuales.